Nuestro universo es más vasto, y extenso de lo que podemos imaginar. Hay una infinidad de
constelaciones lejos de la Tierra como la percibimos hoy. En un futuro no tan
lejano de hoy aparecerán otros mundos, y uno de ellos será la galaxia de los niños.
Entre todas la galaxias había un planeta lleno de magia porque los niños
crean con luz, y estrellas. Ellos veían con mucho recelo el nacimiento de la
nueva Tierra. No les gustaba. Sabían que estaba empezando a brillar, pero les
faltaba para brillar como su galaxia. Todavía no entendían de lo maravilloso
que es la magia, y como las bellas estrellas de colores ayudan a crear, sanar, y
a brindar amor.
Pedrito era un niño aventurero, y soñaba que el universo sería un mundo de
luz, en donde la magia estaría siempre, y eternamente. Los demás no confiaban
en sus sueños porque sabían que la Tierra estaba experimentando muchos cambios,
y no iban a ser fáciles, pero muchas semillas estelares iban a ir, pero ellos tenían
miedo porque eran del futuro, y no querían interferir en su presente.
Sin embargo, Pedrito insistió en hablar con ellos, y en convencerlos para que
lo acompañaran porque el si quería, y como amaba a toda la vida del universo quería
participar en ese cambio para colaborar en el cambio de la Tierra, ya que se convertiría en una bella esfera de luz, que influiría tanto
en el resto del universo, ya que cambiaría todo como lo es ahora. Se llenaría de
estrellitas de colores, y se crearían otras dimensiones como otros universos
llenos de fantasía, verdes, y de cristales, animales, y de rocas animadas. Iba
ser tan bello, existiría tanta magia, y ello se lo deberíamos al amor de Gaia,
y a todos los que van ayudar a construir ese mundo nuevo.
Ellos no querían porque se sentirían
muy solos en un mundo hostil sin magia porque los adultos no creen en la magia,
les parece algo ilusorio inventado por los niños como sus amigos imaginarios,
pero no son imaginarios, son otros niños
de otros universos. Son muy brillantes, y dorados, y si creen en la magia. Por eso los acompañarían
un tiempo. Sabían que con el tiempo irían, pero cuando la Tierra estuviera más
brillante, todos los niños dorados poblarían la tierra. En un principio irían como
amigos imaginarios vistos así por los adultos.
Pedrito les afirmo que iría, y no se arrepentiría, y los invito también a
la Tierra. Les prometió que no estarían solos porque siempre se iban a
encontrar personas que lo quisiesen, que no eran niños, pero iban a ser muy
amados, pero eso lo tenían que descubrir si fuesen a la Tierra.
Muchos de ellos les gustó la idea, pero no fueron todos. Querían ver como se iba a desarrollar todo con sus
amigos. Sus amigos dorados, los acompañarían, mientras fuesen niños porque iban a crecer, los niños dorados les iban a brindar tanto
amor que no se sentirían solos.
Entonces, decidieron ir a la tierra en un Arcoíris de muchos colores
resplandecientes, que partía del mundo
de los niños cuidados por los niños dorados. Fue un viaje largo, pero llegaron con
ellos a la Tierra, y ellos fueron protagonistas de la nueva tierra porque ellos
si tenían magia que provenían del corazón, y jugaban con las estrellas de
colores en beneficio de la humanidad. Los niños dorados le enseñaron como usar
su magia cuando eran niños pequeños para que no se les olvidara mientras crecían
en la nueva tierra. Por eso hay que escucharlos porque son las nuevas estrellas
que cambiarían la humanidad.
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