Perlita no era una niña común. Mientras sus compañeros del colegio mostraban interés
en los deportes y competencias como las niñas en jugar muñecas. Todos estos
juegos la aburrían. Es que ella tenía un secreto. Perlita podía escuchar a los árboles
que rodeaban el parque de su escuela, y bien a pesar suyo oía sus quejas como
sus alegrías.
Ellos tenían tanto que contar y ella les encantaba
escucharlos. Les tenía nombre a todos. Frondoso era el más alegre de todos, en
sus ramas albergaba variedad de animales y aves tales como el pájaro carpintero,
el azulejo y los bellos canarios. En el extremo del patio se encontraba un
robusto árbol de aguacates. Perlita esperaba impacientemente que le regalase
uno de ellos, pero todavía se encontraban muy verdes. Uno de sus preferidos era
Escalata. Un bello arbusto cubierto de cayenas. Allí llevaba a su tortuga que
le encantaban sus deliciosas flores.
Sus amigos contaban antiguas historias de la época de
los valientes caballeros y los espeluznantes dragones, y como descansaban en la
sombra de un árbol después de una batalla. En esa época los arboles permitían que
los niños lo escuchasen, y ellos a la vez los trataban con gran amor y respeto.
Sin embargo cuando llego la revolución industrial dejaron de conversar con
ellos ya que les hacían daño a sus hermanos.
Un día vinieron varios hombres. Perlita los vio con
desconfianza. Uno de ellos vestía con elegancia, los otros parecían albañiles. A
pesar de que Perlita se encontraba leyendo un libro escucho las voces.
- Los árboles los podemos eliminar.
-Si, para construir una cantina y en este espacio unos
columpios para los niños.
-Lástima. Los arboles alegran mucho el lugar dijo el
jardinero.
-No creo que a los niños les importe- respondió con
desagrado
-La escuela se vería muy triste si derrumban los arboles-
insistió el jardinero.
Perlita se incorporó rápidamente, y se dirigió a los
hombres.
-¿Qué le van hacer a mis amigos?- dijo Perlita casi
llorando
- Vamos a construir unos columpios, y será bueno para la
escuela- respondió uno de ellos.
- Sin los árboles, la escuela se verá muy triste. Todo estará
cubierto de cemento, y no podre traer a Hermelinda.
-¿Quién es Hermelinda?
-Es mi tortuguita. A ella le gustan las cayenas.
-Ellos tienen razón. Por eso Uds. no los pueden escuchar.
Solo piensan en dañarlos por una razón otra. -
Los hombres se quedaron viendo a la niña.
- Perlita, hasta dónde has llegado con esa amistad que
tienes con esos árboles. Ni siquiera te gusta jugar con nosotros. Eres una aburrida-
le dijo Carlitos
Carlitos siempre le había invitado a jugar a ella, pero
Perlita se negaba.
-Piensa. Piensa… Sera divertido tener unos columpios-
dijo el niño divirtiéndose con el
comentario.
- Sí. Pero nos quedaremos sin aguacates…, y mi tortuguita
no tendrá que comer- respondió Perlita
Carlitos le parecieron tontas sus razones.
-Bueno. Me iré a jugar con Luis, a Él si le gusta jugar con la pelota...-
Perlita no abandono la idea de salvar a los árboles, pero
no dijo nada. Cuando se fueron los hombres, ella decidió hablar con ellos.
-Hola frondoso-dijo perlita
-¿escuchaste todo?-
-Sí. Que será de nosotros-dijo con tristeza Frondoso
-¿Qué sabes tú de la magia? – le pregunto con curiosidad.
- Mis hermanos de Inglaterra me contaban que Merlín sabía
unos hechizos- recordando
- ¿Merlín, el mago? Existió ¿No es una leyenda?- pregunto
Perlita con curiosidad.
- Claro que sí; y me parece que mi abuelo me contaba de
unos hechizos de invisibilidad-
-Eso me parece fantástico. Nos podría servir-
- No entiendo cómo-
-¿No sabes de otros hechizos?- le pregunto la niña
- Recuerdo que en la época de las persecuciones contra
los magos, él invento un hechizo tan poderoso que impedía que los reyes lo
encontrasen. Formaba una barrera invisible, de tal manera que todos los
caballeros chocaban contra ella por lo que no podían acceder a su hogar-
-Eso es lo que necesitamos. El lunes vienen esos hombres
hacerles daño. Solo enséñamelo como hacerlo-
-Caramba, no se me hubiese ocurrido. Necesitas varias
hojas de un árbol de lechosa, y agua de colonia de rosas. Formas una pasta y la
rocías donde quieres hacer la barrera- dijo Frondoso muy entusiasmado.
Perlita no perdió tiempo. El fin de semana fue a buscar
las hojas. Había un árbol de lechosa cerca de
su casa, y su madre tenía una colonia de rosas que le encantaba.
Tomo un poquito, y se dedicó hacer la pasta. Le tomo
bastante tiempo porque tenía que ubicar la pasta en un buen espacio del jardín.
El lunes se fue temprano al colegio e ubico la pasta
desde donde se encontraba frondoso hasta el otro extremo del jardín. A las
pocas horas llegaron los hombres.
-¿No era aquí donde se encontraban esos tres arboles? No
los veo- dijo el hombre extrañado.
-Yo tampoco – dijo el otro.
-De todos modos vamos empezar a echarle cemento. Mezcla
ese cemento que trajiste con agua. Así nos ahorramos el trabajo de talar esos árboles-
Pero, cuando intentaron trabajar con el cemento, no pudieron. Era
como si algo lo impidiese
-Qué extraño-
-Echa cemento de aquel lado- No puedo. Algo lo impide.
Los hombres estuvieron buscando por media hora y no
encontraron un acceso-
La directora al oír el ruido fue averiguar que pasaba.
-¿Qué paso con el trabajo?- Pregunto indignada
- No veo los árboles, y aquí no hay donde echar el cemento
para ubicar la cantina, y el resto del espacio lo cubre la cancha.
-Bueno, Dejenlo así- De todos modos los niños pueden
traer su merienda al colegio- dijo con fastidio
Los hombres se fueron resignados. A medida que se
alejaban le parecía todo tan extraño. Jurarían que habían visto unos árboles la
semana pasada.
Perlita se encontraba en clase y vio todo por la ventana.
El corazón le brincaba de alegría.
Al día siguiente los arboles fueron apareciendo ante los
ojos de los niños.
-Mira...allí están los árboles de Perlita- dijo Pedrito
Perlita decidió que sería bueno compartir con los otros niños.
-Podemos merendar aquí debajo de la sombra de Frondoso, y
podemos diseñar un columpio. Lo pondríamos en las ramas de Frondoso. Son muy
fuertes- les dijo la niña
A Luis les encantó la idea y desde ese entonces los
arboles fueron buenos amigos de los compañeritos de Perlita, pero por supuesto
Frondoso y sus amigos no hablarían con
ellos. Eso era un secreto entre Perlita y ellos.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar