jueves, 16 de agosto de 2012

ÁMBAR QUIERE IR A LA LUNA




Ámbar era un pequeña Murciélaga, que soňaba con ir a la luna, desde pequeña la veía con anhelo, y admiraba su  eterno resplandor.
¡No puedes ir! El brillo del sol te va a deslumbrar y te vas a quedar ciega- le dijeron sus padres.
-Si hermanita, esta cueva es acogedora, aquí tenemos todo lo que queremos desear, ¿Qué necesidad tenemos de salir para afuera?
-¿Por qué? Los humanos pueden visitarla, nosotros no somos menos que ellos- replicaba  la pobre murcielaga.

Así, que Ámbar, que además no era nada tonta, sino también una maravillosa tejedora, se hizo  un traje más oscuro que el color de la noche, cuando terminó de coserlo, le echo brillantina para que luciera brillante como las estrellas del firmamento.

-¿Qué bello traje? ¿Para que lo hiciste? Le preguntó Come candelas.
-No te diré nada, eres una lombriz muy  chismosa
- De todos modos lo sabré, y se lo contaré a todos los murciélagos de la cueva- le dijo la lombriz ofendida.
Ámbar no le quedo más remedio que confiarle su secreto.
-“Voy a ir a la Luna”
- A la luna- le respondió muerto de risa y retorciéndose en el piso de la cueva.
-Y, ¿Cómo se supone que vas a llegar? , ¿Volando?- le pregunto todavía muerto de la risa.
- Eso es un pequeño detalle-
- Si me llevas, te puedo ayudar-
- Y, ¿Cómo te llevaría? Tú no vuelas- le respondió Ámbar
- Podría construir una nave espacial-
- ¿Harías eso por mi?- le dijo incrédula
Ámbar en agradecimiento le hizo un lindo traje a Come cándelas, se lo hizo de color canela para que le combinara con el color de su rugosa piel.
-¡Me encanta!- le dijo emocionado
Come candelas era un fabuloso constructor de naves espaciales, aviones, camiones, y carros de carrera.

Come- candelas paso toda la noche construyendo una maravillosa nave espacial, la pintó de color plateado con franjas rojas.

¡Que bella! Le dijo Ámbar cuando Come Candelas se la mostró.

Cuando todo tus amigos estén durmiendo, y las estrellas, y la luna se duerma nos iremos.

Entonces nuestros amigos, arrastraron el cohete espacial hasta las afueras de la cueva y…
-Diez, nueve, ocho, siete….-
- Bum-

Era muy oscuro, pero ambos estaban muy felices, veían desde las ventanas como se alejaban de la cueva, de los árboles, de los edificios, y del planeta.

Llegaron al poco tiempo a La luna, y salieron con sus trajes espaciales.
¡Mira, la Luna huele a chocolate!
¡Y a fresas!
mmm..... …!Que rico!

Estas si van a ser unas ricas vacaciones


Fue así que Ámbar llego a la Luna acompañado del buen Come candelas.

Y colorín colorado esta historia espacial ha terminado.







miércoles, 8 de agosto de 2012

La Princesa desaliñada



 
Cuentan que en el reino “ Kastup” vivía una princesa toda desaliñada, se vestía con vestidos viejos de color naranja con rayas negras, y sandalias de cartón. Tenía un corcel de chocolate encabritado que  nadie podía montar salvo su persona ya que el pobre animal tenía ese gusto por comer piedras de los charcos de los cochinos.
Klamasupia lo llamaba Canela, pero en realidad era mas oscuro que el hollín presente en las chimeneas, pero el animal era  el favorito de la princesa, no le interesaban esos corceles de linaje, al que mas quería era a Canela.
-Se te van a romper los zapatos, ¿Por qué no usas mejor estos zapatos dorados?- le preguntaba su madre esperanzada de que tal vez con ayuda se convirtiese en una princesa normal.
-¡NO! Canela no le gustan  los zapatos dorados ni plateados, ni con ningún adorno.

Una tarde llego al reino un príncipe, era de buena familia, y era una oportunidad única para que Klamasupia cambiara sus odiosos hábitos, pero tenia un horrible defecto.
“odiaba los animales”, y eso no lo toleraba Klamasupia.

Le regalaba flores, ella los tiraba al charco, y Canela se los comía acompañándolo con el barro mas maloliente, le regalaba prendas, los tiraba al fondo de los ríos, el príncipe no sabia que hacer, ya que a pesar de su mal aspecto le gustaba por que no era como las demás princesas que pasaban horas peinándose, poniéndose sus mejores vestidos, bordando y hablando de un sin fin de tonterías.

Entonces se le ocurrió una brillante idea, le regaló el vestido más horrible que pudo encontrar, era de un color rosa viejo, con parches de arco iris, y cebras de color naranja que había pintado con unos tintes mágicos que se encontraban en el fondo del río.

El vestido le encantó, se lo ponía todos los días, un día era de color naranja con machas azules, otro día era plateado con manchas doradas, y otro, era azul eléctrico con manchas verdes esmeralda.
Entonces, nuestro amigo el príncipe le propuso matrimonio, ella aceptó, con la condición de que pudiese llevar a Canela a su reino.
Sus padres estaban muy contentos, pensando sin mucha esperanza de que la princesa cambiaria su modo de ser.

Klaus, así se llamaba el príncipe aceptó llevarse al caballo maloliente, y lo ubicó en el mejor establo con los otros caballos de mejor linaje. La familia de de Klaus organizó una linda fiesta, y la bruja, los enanitos, y Orcos fueron los invitados especiales para su fiesta, ya que estos eran muy amigos de la princesa.

Al principio, los padres de Klaus no la querían porque era extraña y diferente de las otras princesas de esos tiempos, las visitas de los Orcos, dragones, brujas a su castillo casi dejan calva a la reina. Sin embargo se dio cuenta de que eran seres de buen corazón. La bruja en conjunto con los orcos le prepararon un brebaje, se lo tomó, y le salió una preciosa cabellera de color azabache que brillaba al salir el sol.

Todo esto nos enseña: “Todo lo que es diferente, también es bueno, y si nos atrevemos a aceptarlo, la vida muchas sorpresas nos dará”

Y colorín colorado esta historia de esta peculiar princesa ha terminado.









lunes, 6 de agosto de 2012

Un Dinosaurio toca mi puerta


Era un día de tormenta, llovía sin cesar, de repente tocaron a mi puerta, una vez, otra vez mas alto, y !BUM!
- ¿Quién es? pregunté alarmado
-¡Ábreme! Me muero por ir al baño, y estoy mojado desde mi cabeza a la cola.
A la cola, “¿Quién será? “

Estaba sorprendido, era un Dinosaurio.....
-No me dejes aquí afuera, tengo mucho frío, y tengo que ir al baňo.
No lo pensé dos veces, y le abrí la puerta al pobre animal.
Pobrecito, estaba más pálido que una hoja de papel.
-¿Donde esta el baňo? – preguntó con su voz ronca.
- Allí al fondo del pasillo, pero ten cuidado que rompes la poceta- le avisé

Al entrar al baño, se oyó un ruido inmenso, y se sintió después el sonido al bajar la poceta.
-Gracias, ya estoy mas aliviado.

Pensé, seguro que me va a comer.
-Gracias por dejarme pasar. Al parecer ya se va la tormenta. ¿Quieres pasear en mi Octómovil?
-¿Octómovil?
-Ven- le dijo el dijo el Dinosaurio arrastrándome con sus patas.
 Y allí estaba, un bello carro deportivo de color rojo, pero con ocho ruedas.
 Me monte con el sin pensarlo, y al prender el carro no se sintió el motor, se oía música de cumpleaños.
“cumpleaños feliz…cumpleaños feliz…”
-¡Que original!
Y ahora, a pasear- dijo con entusiasmo el dinosaurio.

Sin embargo, algo extraño paso,  la ruedas no se deslizaban, de las mismas salían bombas de todos colores, amarillas, rojas, verdes, plateadas, doradas, moradas, y el carro se deslizo hasta el cielo volando por encima de los edificios, casas, y montaňas.
-Que paseo tan divertido. Ni siquiera me has dicho tu nombre. ¿Cómo te llamas?- pregunte con temor.
Dino, ¿y tú?
-Luis-
Nos hicimos pronto muy amigos, eso no ocurría todos los días.
En la tarde me trajo de vuelta a mi casa.
-Tengo que devolverme, pronto se le va acabar la azúcar a mi carro, y no podrá volar-
-"Azucar"
- Le echamos azucar, y caramelos a nuestros vehiculos en el valle perdido de los Dinosaurios.
-¿Te volveré a ver?
-Tal vez-
Al día siguiente me desperté, total, seguro era un sueño, y todo fue producto de mi imaginación.
Sin embargo al levantarme, cual fue mi sorpresa, vi una bomba plateada debajo de la cama, y azúcar en el fondo de mis zapatos, y colorín colorado esa historia de dinosaurios ha terminado.