miércoles, 18 de septiembre de 2019

MARIA Y EL MUNDO SUBMARINO






Nuestra amada Gaia nos brinda grandes bendiciones y regalos apoyado con nuestros hermanos de las estrellas, los seres de luz y la magnífica energía Arcoíris.
¿Qué es la energía Arcoíris? ¿Era producto de nuestra fantasía? Lo que si era cierto es que irradiaba una maravillosa energía amorosa que se conectaba con todos los seres vivos y a todos aquellos que eran sensibles para sentirla y percibirla.

Primero llegaron esos radiantes seres de Luz vistiéndose de luminosos colores en cada amanecer. Era alucinante percibirlos. Irradiaban tanto amor y su luz dejaba huella  en el espacio que ocupaban.
Todos estos pensamientos y convicciones la tenía María quien amaba profundamente a esos seres y consideraba que eran parte de su familia. Ella sabía desde el fondo de su corazón que ellos siempre habían existido y habían estado siempre presente en la Tierra. Sin embargo los humanos no nos habíamos percatado de ello anteriormente y ahora es que estaban empezando a percatarse de su presencia.

Realmente se estaban dando muchos cambios en la Tierra. Había Cataclismos, Lluvia y muchos incendios pero era que nuestra amada Tierra se estaba depurando y obligando a concientizar a toda la humanidad de lo importante que era su hogar.

Sin embargo María no solo sentía esa maravillosa energía de colores sino también la podía percibir. Era increíblemente hermosa e irradiaba tanta paz y amor que la ayudaba a conectarse con la naturaleza percibiendo de esa forma su maravillosa luz.
Había oído que la energía Arcoíris procedía de altas esferas. Realmente no sabía de dónde pero disfrutaba de su presencia. Sin embargo ella presentía que los seres de Luz se encontraban muy relacionados con la Energía Arcoíris y venían a brindarnos un mensaje a los humanos.

La muchacha procedía de un pequeño pueblo de la costa de Brasil. Lo que no había relatado a nadie que durante uno de sus paseos por la playa a tempranas horas de la mañana había percibido un grupo de delfines. Le parecía muy extraño porque ellos solo nadaban en alta mar. Sabía que a veces se acercaban  mucho a la orilla del mar y corrían mucho riesgo. No quería que esos maravillosos seres se hiciesen daño  así que sin pensarlo se zambullo acercándose a los delfines.
María era una ágil nadadora. No en vano su padre le había ensenado a nadar. Consideraba que si Vivian cerca del mar tenían que saber defenderse guardando siempre respeto al mar.
Era alucinante entrar en contacto con ellos. Eran criaturas amigables, juguetonas y de mucha luz.
La muchacha se acercó al grupo de delfines y los empezó a acariciar hablándoles suavemente y atreviéndose a cantarle una de sus canciones favoritas. Al parecer los delfines lo disfrutaban y el más pequeño de ellos  brincaba chapoteando alrededor de ella. Eso le causo mucha gracia y siguió cantándoles acariciando cada uno de los delfines. Les decía suavemente que no se acercaran a la orilla de la playa. Era peligroso y le dolería mucho si algo les sucediese. Repentinamente uno de ellos le ofreció su aleta y María sin pensarlo el tomo y en un momento se sumergieron dentro del fondo del océano. Menos mal que la muchacha había aprendido a respirar en el fondo del mar. Aunque no iba aguantar mucho.

María pudo divisar que se iban acercando a una puerta. Era de gran tamaño y cubría gran parte del océano. Nunca la había visto  y eso que ella conocía bien esa playa. Era ovalada. En un santiamén entraron y a ella le pareció que estuviesen atravesando un túnel lleno de burbujas. Su corazón palpitaba fuertemente. Al final llegaron  a un espacio totalmente distinto. Habían llegado a una ciudad submarina.
Los delfines la llevaran a una pequeña casa con una ancha puerta de madera. En la mitad de ella se encontraba un cristal de color azulado y encima de la misma un pequeño arcoíris. María se bajó de uno de los delfines. Estaba sorprendida. Podía respirar sin dificultad. Era como si este mundo estaba diseñado para que los humanos respirasen en él.
La muchacha estaba allí parada observando la puerta ¿Cómo entraría? ¿Por qué la habían traído allí? ¿Estaría invitada a esa casa? Fue todo muy rápido. La puerta se abrió y a María le pareció escuchar bellos tonos musicales y allí estaban ante ella unos seres de rasgos humanoides de color azul celeste. Su cabellera era de tono rojizos mezclado con plata y tenían pequeñas estrellas de mar en sus cabelleras.
¿Cómo me comunicaré con ellos? No sabía que había civilizaciones en el fondo del mar.
-¡No estás en el mar!- le respondió uno de los seres con una gran sonrisa.
-Puedes leer mi mente- respondió ella sonrojada
-Soy  Celeste. Eres bienvenida Te estabamos esperando. Le dije a Plata que te trajera. Te explicaremos. Ese detalle de cantarle a los delfines fue genial. Realmente nunca había visto a ningún humano  haciendo algo parecido-
-Si no estamos en el mar ¿Dónde estamos?- pregunto María curiosa.
-Estas muy lejos de tu planeta. Atravesaste un portal que te comunica a otro universo llegando al mío. Es semejante al tuyo. Con la diferencia que toda la vida desarrollada se encuentra en el agua. Los delfines son nuestros guardianes como los de muchos otros planetas y el tuyo.-
María camino hacia el interior de la casa con timidez. Le ofrecieron sentarse en una concha marina de gran tamaño. Sobre ella poseía un cojín bellamente decorado con estrellas y caballitos de mar. Se sentó  respirando profundamente. Era mucho por digerir.

La muchacha tenía muchos pensamientos en su cabeza. ¿Quiénes eran? ¿Por qué la habían traído allí? ¿Podría regresar a su  hogar? ¿Estaría muy lejos de su querida Tierra?
Celeste sonrió amablemente y la abrazó con su brazo azul. Su piel era áspera pero sentía una energía muy cálida al entrar en contacto con la piel de ella.
-En realidad no somos muy distintos de ustedes. Somos parientes lejanos. Vivimos un tiempo en tu amada GaIa antes de que la humanidad se desarrollará y se multiplicará por el planeta. Cuando nos percatamos de la creciente desconexión que estaban desarrollando con la naturaleza nos fuimos a nuestro planeta de origen-
-Lo siento de verdad. Hubiese sido genial convivir con ustedes-
-Nosotros tenemos esperanza en ustedes. Por eso te invitamos a nuestro amado planeta azul-
-Noté que en la entrada de su puerta tienen un bello Arcoíris. ¿Simboliza algo para ustedes?-
Celeste sonrió. El Arco Iris simboliza la energía de la creación y toda la luz y el amor que une a todos los seres vivos-
-Yo puedo percibir la energía Arcoíris y a los magníficos seres de luz que nos visitan en cada amanecer. Son majestuosos. Yo los quiero como si fuesen mi familia, pero eso no se lo he dicho a nadie-
-Pocos humanos pueden percibir la Energía Arcoíris. También es un lenguaje cósmico. Muchas razas estelares se comunican por tonos musicales y colores-
-Mi abuela decía que es un enlace entre Dios y la Tierra brindándonos su bendición- dijo la muchacha
-Todos somos parte de esa energía maravillosa. Lamentablemente los humanos cuando fueron evolucionando  se fueron olvidando  de todas las bendiciones que tenían y como cultivarlas, pero  no te preocupes todo va cambiar y para bien.  Sera una transición dura pero se darán cuenta de que son parte de una magnifica familia estelar pero necesitamos que la Tierra aligere rápido su cambio-
-¿Por qué? ¿Estamos tan mal?-
-Por supuesto que no. Se ha abierto una maravillosa puerta y muchos los están ayudando. Necesitamos que su cambio se dé rápidamente porque la transición también está afectando a su Universo. Recuerda que ustedes no están aislados. Hay muchos otros planetas y mundos. Todo lo que ocurra en uno afecta a otros-
-Ojala pudiese ayudar-
-Tu planeta es un hermoso ser vivo. Que le ha brindado muchas bendiciones pero necesita su apoyo y ayuda ya que se han olvidado de ella por ignorancia, desamor e inconsciencia-
-Hay muchas organizaciones ambientales que han ayudado a nuestro planeta para protegerla ecológicamente, pero no es suficiente. A mí me da también mucho dolor. Por eso trato de mantener la playa limpia-
-Eso es bueno porque hay mucha vida marina en el mar.
-Entonces hay mucho trabajo por hacer, pero son pocos los que tienen consciencia ambiental-
-No creo eso. Plata y su cuadrilla los ha estado observando en conjunto con sus hermanas las Ballenas y se ha percatado que hay mayor consciencia pero tienen que darse cuenta de que todo se encuentra  conectado. Las plantas, los animales, la vida mineral incluso todos esos seres de luz que percibes cada mañana también son parte de un gran lazo cósmico. Hay muchas realidades y todos aquellos que viven en cada una de ellas son importantes-
-Tienes una bella familia Celeste. Cuéntame, ¿Cómo viven aquí? ¿De qué se alimentan? ¿En que se divierten? ¿Trabajan para vivir?-
-Nuestra ciudad es submarina como te habrás podido dar cuenta y gran parte de la alimentación la tomamos de las conchas marinas y las algas. Son muy alimenticias y nutritivas y no trabajamos.  Tenemos nuestras necesidades cubiertas y nos fascina el deporte-
-¿Qué tipo de deporte hacen? Pregunto la muchacha curiosa
-Nos gusta competir sanamente entre nosotros. Todos somos buenos nadadores. Los delfines son nuestros jueces en las olimpiadas anuales. Son muy justos y valoran el esfuerzo de todos los ciudadanos-
-Debe ser divertido-
-Puedes quedarte un tiempo con nosotros y te mostraríamos nuestras costumbres, tradiciones, y alimentación. Mi hija es la curandera de la ciudad. Tal vez podrías aprender mucho de ella y podría servirte en el futuro-
-Pero yo tengo que volver a casa. Mi familia me extrañaría mucho- respondió la muchacha
-El tiempo es aquí diferente que el de la Tierra- dijo Celeste sonriendo.
María también tenía muchos deseos de compartir con ellos. Sentía  que eran seres magníficos y muy cálidos-
-Entonces ya no hay nada de qué hablar. En un santiamén, Celeste llamo a su hija Lucia y se la presento  a María. Congeniaron rápido. María era una muchacha muy curiosa así que le gustaba aprender.
-Te voy enseñar en como usamos las algas para evitar y tratar enfermedades. Aunque aquí pocos se enferman pero en tu mundo es producto de la mala alimentación, pero eso es otra historia-
María estaba muy entusiasmada y acompaño a Lucia a su trabajo. Ella tenía una siembra de variedades de algas marinas. Las había de una multitud de colores. Lucia le fue explicando para que servía cada una de ellas y donde encontrarlas-
-Quiero llevarte a un sitio para que tú mismo la siembres y coseches, pero tendremos que alejarnos de la ciudad. Hay que cuidarnos de nuestros primos los Tiburones. Ellos no le gustan los humanos. Te pondremos un medallón de protección-
Lucia empezó a escudriñar en un cajón de madera viejo debajo de una mesa y saco un medallón con un logotipo de un Arcoíris. Encima del arcoíris poseía una estrella luminosa dorada. Era bellísimo.
-Póntelo en el cuello y no te lo quites. Vamos a ir a un sitio en donde hay muchos tiburones. Ellos son peces incomprendidos. Son fieros pero poseen un gran corazón. Cuidan con fiereza nuestro mundo pero los humanos lo han señalado como un peligro sin darse cuenta de que ellos protegen solo a sus familias como todos-
-De todos modos no me gustaría encontrarme con ninguno de ellos- dijo la muchacha un poco nerviosa.

Lucia y María se alejaron de la ciudad hasta llegar a una vereda llena de algas inmensas y de gran longitud.
-Estas son las semillas. Más adelante hay un terreno donde la puedes sembrar. Los tiburones no te van hacer nada porque estas protegida por el medallón. No deben darse cuenta que eres humana. Sería terrible-
La muchacha asintió y se dispuso a sembrar las semillas. Después de que había sembrando una gran cantidad sintió que algo corría y tocaba rápidamente sus brazos. María se dio la vuelta y ante sus ojos se encontró con un gigante tiburón blanco. Tenía una estrella en las sienes. La muchacha pensó que se iba a desmayar.
-No te he visto nunca por aquí  ¿Con quién andas?-
-Estoy solo sembrando unas algas- dijo María
-Eso lo sé. Son riquísimas. A mi hijo le encantan- respondió el tiburón.
-¿Uds. se alimentan de algas?-
-Que pregunta tan tonta. Claro, las rojas son mis favoritas, pero no le digas nada a Lucia porque se va enfadar-
-Hueles distinto a los habitantes de la ciudad submarina. Me recuerdas a un olor lejano. No muy agradable, pero se encuentra muy lejos en mi memoria-
De repente, María escucho unos quejidos y sin pensarlo dos veces se dirigió a donde provenía. Era un pequeño tiburón que estaba atorado en un coral. Sin pensarlo dos veces y perdiendo su miedo  a esos fieros animales lo acaricio y le canto una de sus melodías favoritas mientras lo zafaba  del coral-
-Me duele mucho- dijo el pequeño quejándose
-Creo que esta alga te va ayudar. Mordisquea un poco del alga azul-
María retrocedió, y el pequeño se comió ávidamente el alga y entonces se sintió mucho mejor. El alga era un relajante y anti inflamatorio-
-Gracias-
María pudo notar como el pequeño nadaba con destreza otra vez desapareciendo detrás de los corales
La muchacha de devolvió a terminar su trabajo sin percatarse de que el tiburón blanco todavía se encontraba cerca.
-¿Qué fuiste hacer allá? Me dejaste solo-
-Lo siento. Fui ayudar a un pequeño tiburón que se encontraba atrapado en los corales. Ya se encuentra mejor.
-Ese debe ser el travieso de mi hijo-
María siguió sembrando las semillas y en una de esas veces el medallón se balanceo en su cuello. Casi se le cae al inclinarse.
-¿Quién eres muchacha? Hueles igual que esos humanos. No me gusta ese olor. Me traen recuerdos  de dolor, pero eso fue hace mucho tiempo-
-Me llamo María y estoy ayudando a Lucia a sembrar nuevas algas-
-¿De dónde vienes? Me siento atontado y estoy confundido.  Eso no es común en mí-
María se dio cuenta de que si no pensaba rápido, la situación se podría complicar.
-Disculpa mi falta de cortesía. Estoy pasando unos días en la ciudad submarina. Plata me trajo y me estoy quedando con Celeste-
-Lo hubieses dicho antes. Plata es un delfín genial. Me ayudo una vez a escapar de unas medusas. Pueden ser bien fastidiosas-
-Los delfines son geniales y me encantan como nadan en grupos-
- Eres extraña, pero me simpatizas. Me alegro que hayas ayudado a mi hijo. Espero verte otra vez- dijo el tiburón despidiéndose.
Después de que María termino de sembrar todas las semillas se encontró con Lucia.
-¿Cómo te fue? ¿Qué te parece el sitio?-
-Buenísimo. Todo bien. Solo que me hice amiga de un tiburón blanco y cure a su hijo de una quemadura de un coral fuego-
-Te topaste con Marfil. ¿No te paso nada?-
-Me dijiste con el medallón no había problemas-
-Es cierto, pero Marfil tiene memorias muy dolorosas de los humanos y eso es difícil de equilibrar-
-Creo que le caí bien.  Estaba un poco confundido porque me recordaba por mi olor, pero al final nos despedimos con mucha simpatía-
-Ya es tarde. Vámonos a casa. Madre debe haber preparado algo rico. Ya son muchas emociones para un día- dijo cálidamente
-Es verdad- dijo riéndose.
A Lucia le gustaba esa muchacha. Era sensible, valiente, abierta y con muchos deseos de aprender experiencias. Estaba segura que ayudaría mucho a su mundo cuando ocurriera la transición.
La cena estaba riquísima.  Celeste preparo unos mejillones asados con algas marinas rebosadas.
-Me encanto la comida. Muchas gracias. Nunca pensé que me podrían gustar tanto los vegetales-
-Van a tener que aprender con el tiempo a comer más vegetales y más frutas. La carne le produce enfermedades-
-Yo como poca. Solo frutos del mar- dijo ella
Con el transcurso del tiempo, María no solo aprendió a cómo usar las algas para curar todo tipo de infecciones y enfermedades sino también se aprendió muchas recetas que le encantaron. Le encantaba esa comunidad. Todos se llevaban bien. No había diferencias. Sabían convivir unos con otros y prevalecía el respeto ante todo. Ojala en la Tierra todo fluyera así.
-No te preocupes. Uds. van a vivir una transición como civilización pero tendrán éxito, y su nuevo pueblo será un mundo de paz como nunca visto en el cosmos. Por eso los observamos tanto. Dependiendo de su éxito, otras civilizaciones  vivirán lo mismo y se lograra un mayor equilibrio en su universo-
-Queremos que te quedes con el medallón así nos recordaras- dijo Celeste
-Yo nunca podría olvidarlos. Son todos magníficos. Inclusive los tiburones con los cuales me tope el otro día-
-Al cruzar el portal, las memorias se olvidan. Por eso es importante que te lleves el medallón así recordarás también lo que aprendiste con nosotros. Eres un ser humano maravilloso. No cambies. La Tierra te va necesitar- dijo el padre de Lucia.
-Lo guardaré con mucho cuidado. Ha pasado mucho tiempo y extraño a mi familia pero no me gustaría perder el contacto con ustedes. Son fabulosos-
-Lo importante es que apoyes a Gaia y a todos sus ciudadanos-  dijo Celeste
María los escuchaba, pero no terminaba de entender sus palabras ¿Por qué hablaban de transición? ¿Venían tiempos difíciles  para su planeta?
Sin embargo no alimento esos pensamientos. Lo estaba pasando muy bien. Había aprendido muchísimo de ellos. Qué mundo tan maravilloso.

Con los días llego el momento de volver  a su planeta. María sabía que tenía que volver pero sentía un sentimiento de nostalgia en el corazón al despedirse de ellos. Se había encariñado mucho con ellos, sobre todo con Lucia que había sido tan paciente y generosa para enseñarle todo lo que sabía.
-Lucia. Te voy extrañar mucho. Has sido tan paciente conmigo y tolerante con mis miedos sabiendo que provengo de un planeta que todavía le falta mucho por cambiar para convivir como lo hacen ustedes. Odio las despedidas. Siento que me despido de una bella familia que ya son parte de mi corazón-
-No te preocupes. Esas memorias no se olvidan. Le mandaré saludos a Marfil de tu parte. Aunque el encuentro de ustedes fue rápido se llevó una buena impresión tuya. De todos modos Plata siempre estará  cerca observándote y cuidando de ti. - riendo con picardía.
María les dio un gran abrazo a todos  dándole las gracias por todas sus atenciones y amabilidades.
-Pondré en práctica todas tus recetas vegetarianas-
-Es bueno que lo hagas. Llegará el momento que la  alimentación de la humanidad cambiara y tú tendrás como enseñar a otros- le respondió Celeste
-Plata y sus amigos te están esperando. Ellos te acompañaran al portal-
-Uds. han sido tan generosos conmigo. Yo no tengo nada que darles- dijo la muchacha con tristeza.
-Nos diste más de lo que te imaginas, una gran esperanza de que la humanidad se abrirá camino porque su luz las guiar  y tú colaboraras con ellos. Tal vez con el tiempo nos reuniremos con ustedes otra vez-
-Eso sería genial- dijo María entusiasmada
-Esa respuesta la dará el tiempo- dijo Celeste
María les dio un abrazo a todos y se fue con los delfines tristemente al portal. Vio con melancolía la puerta porque sabía que pasaría un tiempo para verlos ese bello mundo y a sus nuevos amigos. Fue guiada por Plata y atravesaron rápidamente la puerta  hasta llegar a su hogar.
-No te entristezcas. Nosotros te visitaremos y estaremos pendiente de ti pero posiblemente estarás ocupada ayudando a otros-
-Siempre tendré tiempo para ustedes- dijo abrazándolos y acariciándolos gentilmente.
María se soltó de la aleta de Plata y se fue directamente a la playa. Todo parecía igual. Pareciera que el tiempo se hubiese detenido en su planeta ya que llego en la mañana en la misma forma en que se fue, pero para ella todo si era diferente. Ella si había cambiado. Se tocó el medallón. No quería olvidarse de sus amigos.
Así como se lo  comunico Celeste, se dieron cambios en el planeta. El sol brillaba distinto y una energía escarchada se percibía en las aguas del mar. Se dieron muchos desordenes sociales,  y políticos en todos los países. Las personas tuvieron que aprender a convivir y compartir unos con otros. Algunas enfermedades nuevas surgieron pero María ayudo a combatirlas con las enseñanzas que le dieron y posteriormente formo a otros para que  hicieron lo mismo.  En ocasiones, María   mira nostálgicamente al mar y puede visualizar en el cielo repentinamente un bello Arcoíris como  igualmente escuchar a sus amigos los delfines. Su corazon siente que lo está haciendo bien y de que sus amigos estarían orgullosos y contentos de la labor que estaba haciendo e igualmente estaba muy segura que algún día se reencontraría otra vez con sus amigos de ese bello mundo submarino. Ese era su más profundo anhelo y sabía que con el tiempo se cumpliría.

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