jueves, 29 de abril de 2010

La Rebelión



Capitulo XII
La Rebelión

Era un día nublado con muchas nubes grises amenazando una gran tormenta. El aire se sentía muy pesado, como si algo malo fuese a pasar.
Y fué entonces cuando oí las noticias de los últimos acontecimientos. Miguel y sus aliados ya cansados del acoso de Centella al pueblo se habían organizado para protagonizar una batalla contra el inescrupuloso del miserable de Centella y sus secuaces.

Y ocurrió de una manera inesperada. Luis, quien era un hombre ambicioso y oportunista se había enriquecido mucho a costa del pueblo. Miguel descubrió todos sus ardides y fue a enfrentarlo, lo que no sabía mi amigo es que Centella lo estaba esperando.

Pero Miguel no fue solo, él era muy valiente, y voluntarioso, pero tampoco era ingenuo. Toda Atlántida había sido intervenida y saqueada por esos miserables e incluso algunas casas habían sido quemadas como venganza, y lo que les quedaba a las pobres familias era huir de sus hogares.

Todos los hombres y jóvenes se organizaron, y fueron armados con Miguel a enfrentar a Centella. La batalla fue escandalosamente sangrienta. Hubo muchos heridos. Ya la pirámide del Cóndor no era ni la sombra de antes. Tenía manchas de sangre en cada uno de los escalones.

Al enterarme tome rápidamente la espada, y me fui rápidamente para apoyar a Miguel. Llegue rápidamente. Con la espada pude aniquilar un puñado de hombres, el arma brillaba con un tono azul turquesa cada vez que la utilizaba, lo cual daba un medio de distracción al enemigo. Miguel se encontraba unos escalones más arriba luchando a duras penas con una pequeña espada. Corrí rápidamente los escalones y le entregué mi espada.

-Toma Miguel, utiliza mi espada- le dije apurado
- Y tú, ¿Cómo te vas a defender? Esos desgraciados te pueden matar- me respondió
- No importa. Cuidado allí vienen Luis y sus secuaces- le advertí
Miguel tomó mi espada, y fué dejando fuera de combate a varios hombres. Desgraciadamente recibió un herida en el hombro. No lo vió venir. Mi amigo casi pierde el sentido, veía brotar la sangre de su hombro derecho, y sin embargo aguantó el dolor.
- Vete, Orión, busca a las mujeres, hombres viejos y a los niños. Sácalos de Atlántida. No sé si sobreviviremos- me advirtió.
- ¡No te voy a dejar solo! - le respondí con indignación.
- ¡Te dije que te fueras! La seguridad de los demás está en tus manos. – me advirtió gritándome.

Sabía que tenía razón. No quería dejar a mi amigo solo. Pero era necesario para salvar a los demás. Había muchos heridos de parte y parte. Centella recibió una herida mortal de uno de los amigos de Miguel y cayó en el piso perdiendo totalmente el conocimiento. Los secuaces de centella iban abandonando la batalla, y se iban alejando para esconderse en la pirámide. Sin embargo, Miguel decidió acabar con ellos.

Me fui rápidamente alejándome hacia la playa. Llamé a todas las familias que estaban escondidas en un refugio y les indiqué lo dicho por Miguel.
-No pienso abandonar Atlántida. Aquí crecieron mis hijos y mis nietos- dijo un viejo.
-Yo tampoco- dijeron varias mujeres.
-El sacrificio de Miguel va ser en vano- les respondí. -Dentro de poco Atlántida sucumbirá, y es necesario que nos vayamos a una de las islas. Mi abuelo conoce el trayecto.
-¿En dónde viajaremos? Preguntó un niño de apenas 9 años sollozando.
- En la costa hay una gran fragata. Podemos irnos en ella, allí cabemos todos. Vámonos ahora. Si salimos por esta puerta no nos encontrarán. Conozco un atajo para llegar a la playa- le respondí a todos.

Y así fue que llegamos a la playa. Me tomó una hora ubicarlos a todos en la embarcación. Llamé a mi abuelo a gritos para que se viniese. Fui rápidamente a la casa, tome el libro y nos fuimos rápidamente a la fragata. Mi abuelo estaba cansado debido a su edad, así que lo lleve cargado por un trayecto del camino.

Continuará.....

2 comentarios:

  1. muy interesante. Se muestra la valentía de Miguel para salvar a los demás y unir a los otros para luchar por su gente.
    Muy bonita historia. Me encantó leerte.

    hasta la proxima.

    besito^^^
    un fuerte abrazo^^

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  2. Cuánta intriga, de verdad.
    Estoy deseando saber qué pasa con la Atlántida. Pasa como con todo lo bueno: cuanto más me acerco al final, más parece que este se aleja.
    Eres buena, Judith.....

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