jueves, 1 de abril de 2010

La Espada





Capitulo V
La Espada

Centella me agarró del brazo con mucha fuerza produciéndome algunos arañazos y magulladuras. Era un hombre inclemente, inclusivo con los mismos niños.
- ¡Me haces daño! Me vas a fracturar el brazo decía a gritos
-Eso es lo ultimo de lo que te deberías preocupar me respondió con crueldad. – Te quedaras encerrado por dos días hasta el día del juicio del miércoles
-Pero, ese juicio es para criminales- grite sollozando.
-Me encargaré de que Luna no tenga Clemencia contigo- respondió – Al declararte culpable no tendrás derecho a participar en la ceremonia del Cóndor dorado. Y te desterrarán de Atlántida Ahora eres un menor, pero te iras a los 18 años por desobedecer las leyes del Dios Solaris.
Con el otro brazo saco de su bolsillo una llave vieja de acero, y me tiro en una celda oscura y fría. Apenas tenia una apertura por la ventana en donde podía ver el reflejo de la luna y el brillo de las estrellas. No entendía como Luna tenia confianza en él. Paso la cerradura y me dejo abandonado en mis pensamientos.

Yo estaba muy asustado. Me quedé dormido de tanto llorar de impotencia. No era tanto el miedo por la estadía en esa celda oscura, sino la idea de que me desterrarán me aterrorizaba. Mi familia se avergonzaría, y no podrían hacer absolutamente nada.

En mis sueños aparecían los delfines y los amigos que había hecho en el mar. No sabía si estaba dormido ni despierto. Aparecían y desaparecían hablando entre chillidos.
-¡La espada Orión! – me decía Loti.
Me desperté sobresaltado dándome cuenta donde me encontraba. No podía hacer nada. Llevaba todas las de perder.

Mientras tanto Miguel ya había llegado a su casa. Era ya prácticamente la una de la madrugada. Guardó el acerca-estrellas en su armario. No podía dormir pensando en la suerte de su amigo. Se recostó una hora y decidió ir a buscarlo. El sabía en que celda metían a los criminales. Se sentía muy mal. Si hubiese tenido mas cuidado.

Eran las tres de la madrugada y subió sigilosamente hasta la pirámide. Tenia que encontrar la celda. Todas eran iguales. Sabía que la cerradura de la prisión era viejísima. Al fin la encontró.

-Orión, Orión- hablaba en susurro- amigo, ¡despierta!
-¿Que pasa? Que bueno verte Miguel le respondí
-Vengo a sacarte de aquí.-
-¿Como? La llave la tiene Centella- le conteste. Espera, se como puedes ayudarme. Ve a mi casa. Escabullate por la ventana de mi cuarto. En mi habitación hay un baúl viejo. Allí tengo guardada una espada. Tráemela rápidamente.
Miguel pensó que su amigo desvariaba.
-¡Solo hazlo!- Le respondí.

Miguel se fue corriendo a mi casa. Corría a toda velocidad. No supo cuanto tardó, y se metió a hurtadillas en el cuarto de Miguel. Y allí estaba un viejo baúl. No hizo mucho ruido. Abrió silenciosamente el baúl, y encontró una preciosa espada. Nunca había visto nada parecido. En realidad no sabía para que le fuera a servir. Pero, se la llevaría a cualquier costo.
Se le cerraban prácticamente los ojos del sueño, pero después de grandes esfuerzos llego a la celda de Miguel y le paso por los barrotes la Espada.
Observaba la Espada, y no sabia que hacer. De repente una idea descabellada me paso por la cabeza. La piedra azul brillaba más que nunca. Deje que la luz entrara hacia la piedra azul, y de repente, mágicamente salio un rayo azul luminoso de la misma y derrumbo con fuerza la puerta.
Miguel estaba peTamaño de fuenterplejo. No cabía de su asombro.
-¿Que ha pasado? ¿Y esa espada? Me preguntaba con zozobra
-¡Vámonos, antes de que nos descubran! Le dije rápidamente a Miguel

Bajamos rápidamente las escalinatas. Estábamos exhaustos. Miguel me observaba y no paraba de ver la espada.
¿De dónde la sacaste? – me preguntaba
- Después te contaré- le respondí -Vámonos a nuestra casa, antes de que nos descubran.
Era casi las seis de la mañana, Miguel estaba agotado, yo más aliviado. Me acosté en mi cama y me quedé profundamente dormido. Pero todo no había terminado, faltaba el juicio del Miércoles, me pregunto como iba hacer Centella para justificar mi ausencia en la celda.

Continuará……

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