domingo, 27 de marzo de 2022




EL VIAJE DEL PEZ DORADO




Erase una vez un pecesito que vivía libremente con sus amigos en el mar. El pez era radiante y de color dorado, y era muy alegre porque saltaba y bailaba con la música creada por los otros peces.

Los otros peces eran muy lindos porque tenían una providencia creadora de colores producto de su mundo mágico. Uno de los peces chapoteaba, y se desplazaba en el agua con su música interior, entonces el pez dorado se dirigió a una luz azul resplandeciente invitando a sus amigos a nadar a un mundo bello de colores. Era maravilloso percibir todo lo que iluminaba los mundos por el creador.

Los otros peces nadaron  a otra morada que se encontraba en un río caudaloso y los mismos entraron en ese maravilloso hogar saltando con alegría y felicidad.






domingo, 13 de marzo de 2022

El sueňo de Luis y Antonieta

 


El cielo se vestía de colores al amanecer como al atardecer. Era tiempo de invierno, sin embargo, el sol  reflejaba sus mejores galas, y Antonieta agradecía  al creador la dicha de poder percibir son sus ojos, y corazón esas maravillosas escenas de la naturaleza.

Antonieta era una joven muy sensible e inicialmente quería estudiar Ingeniería Forestal. Le apasionaba percibir los cambios en las estaciones. Le encantaba apreciar como en otoño las hojas de los arboles cambiaban, y adquirían diferentes matices de colores. Era increíble divisar tanta belleza.

Luis es su mejor amigo. El la acompañaba siempre a todas sus excursiones. A diferencia de ella, Luis quería estudiar zoología especializado en animales silvestres presentes en sus propios hábitats.

Antonieta también le gustaba conocer la vida de los árboles, su taxonomía, crecimiento, y como protegerlos en el medio natural, y por esta razón decidió  estudiar finalmente dendrografía.

Un buen día mientras Antonieta observaba los árboles, y media  el tronco de uno de ellos, Luis pudo divisar a la lejanía un Zorra con sus crías. El corrió para verlos con entusiasmo. Fue rápidamente hacia ellos. Quería verlos de cerca.

-Antonieta, Es una Zorra y sus crias- dijo él emocionado.

-tengo miedo! pueden ser agresivos- dijo ella con inquietud.

-No creo, pero lo mas aconsejable es que no nos acerquemos mucho. Son Zorros rojos. Son muy bellos. Quiero tomarles una fotografía con mi movil.

-Son increíbles, y fascinantes- dijo ella.

La Zorra no le gusto la presencia de ambos. Le disgustaba los extraňos. Se dirigio a ellos mostrando sus afilados dientes para defender su territorio, y cuidar a sus crias.

Ellos retrocedieron respetando a las madre de los zorros. Sin embargo, Luis aprovecho la oportunidad para tomarles unas fotografias. Queria saber mas  acerca de ellos, y su habitat.

-Yo voy investigar mas la zona. Ví muchas madrigueras de Liebres  icompaňame!- dijo Luis  con entusiasmo.

Ella deseaba seguir estudiando los arboles, pero acepto seguir a su amigo en su excursion

Luis descubrió una madriguera de Conejos. Antonieta estaba sorprendida de los hallazgos de Luis, y como se emocionaba al tomar fotografías de los animales.

Lo importante fue que ambos disfrutaron mucho de la expedición. A pesar de que tanto Luis como Antonieta tenían intereses diferentes se complementaban uno al otro. La naturaleza Brinda muchas bendiciones, y hay que respetarle con respeto, y amor.

 

 

 

jueves, 4 de marzo de 2021

Los niños diamantes


 

Sabemos tan poco del universo, y existen muchos que la humanidad ni siquiera se puede imaginar. Entre ellos existía una galaxia de fantasía. Ella era linda con trazos azules, y franjas doradas. En uno de esos planetas en donde  vivían los niños diamantes, quienes eran muy amigos de los niños del futuro, que todavía no habían llegado a la Tierra.

Los niños diamantes ya están en la Tierra, y están con otros niños que vienen del futuro construyendo el nuevo mundo. Son soñadores, aman la naturaleza, aman la música,  los animales, las danzas, y muchas otras cosas más que están presentes en sus sueños.

Desde el principio los niños diamantes eligieron empezar a crear el inicio de un mundo nuevo para la humanidad, y entonces se inició el cambio para la nueva Tierra con mucha magia, y luz.

Entonces llego una pajarita solitaria, que tenía una estrella  luminosa en un pino grande. Eso fue en los principios del futuro de la nueva tierra.

Los niños diamante querían mucho a la pajarita porque la veían como un ave libre como ellos que sabían usar su regalo sabiamente. Era un regalo muy bello. Una vez la pajarita abrió su regalo, lo busco, pero no encontró nada. En cambio los niños diamante si sabían, y abrían su regalo, y elegían bien. La pajarita tardo un tiempo en encontrar su regalo, y cuando lo descubrió se puso muy feliz porque eligió  vivir aventuras, y experiencias nuevas.

Un  día un niño del futuro adopto al pajarito, y le brindo mucho amor, y gracias a ello la pajarita brilla más, y puede elegir nuevos regalos que la ayudan mucho en sus aventuras, y esperanzas de un mundo nuevo para ella.

miércoles, 3 de marzo de 2021

El mundo de los niños


 

Nuestro universo es más vasto, y extenso de lo que  podemos imaginar. Hay una infinidad de constelaciones lejos de la Tierra como la percibimos hoy. En un futuro no tan lejano de hoy aparecerán otros mundos, y uno de ellos será la galaxia de los niños.

Entre todas la galaxias había un planeta lleno de magia porque los niños crean con luz, y estrellas. Ellos veían con mucho recelo el nacimiento de la nueva Tierra. No les gustaba. Sabían que estaba empezando a brillar, pero les faltaba para brillar como su galaxia. Todavía no entendían de lo maravilloso que es la magia, y como las bellas  estrellas de colores ayudan a crear, sanar, y a brindar amor.

Pedrito era un niño aventurero, y soñaba que el universo sería un mundo de luz, en donde la magia estaría siempre, y eternamente. Los demás no confiaban en sus sueños porque sabían que la Tierra estaba experimentando muchos cambios, y no iban a ser fáciles, pero muchas semillas estelares iban a ir, pero ellos tenían miedo porque eran del futuro, y no querían interferir en su presente.

Sin embargo, Pedrito insistió en hablar con ellos, y en convencerlos para que lo acompañaran porque el si quería, y como amaba a toda la vida del universo quería participar en ese cambio para colaborar en el cambio de la Tierra,  ya que se convertiría en  una bella esfera de luz, que influiría tanto en el resto del universo, ya que cambiaría todo como lo es ahora. Se llenaría de estrellitas de colores, y se crearían otras dimensiones como otros universos llenos de fantasía, verdes, y de cristales, animales, y de rocas animadas. Iba ser tan bello, existiría tanta magia, y ello se lo deberíamos al amor de Gaia, y a todos los que van ayudar a construir ese mundo nuevo.

Ellos no querían porque se  sentirían muy solos en un mundo hostil sin magia porque los adultos no creen en la magia, les parece algo ilusorio inventado por los niños como sus amigos imaginarios, pero no son imaginarios, son otros niños  de otros universos. Son muy brillantes, y dorados,  y si creen en la magia. Por eso los acompañarían un tiempo. Sabían que con el tiempo irían, pero cuando la Tierra estuviera más brillante, todos los niños dorados poblarían la tierra. En un principio irían como amigos imaginarios vistos así por los adultos.

Pedrito les afirmo que iría, y no se arrepentiría, y los invito también a la Tierra. Les prometió que no estarían solos porque siempre se iban a encontrar personas que lo quisiesen, que no eran niños, pero iban a ser muy amados, pero eso lo tenían que descubrir si fuesen a la Tierra.

Muchos de ellos les gustó la idea, pero no fueron todos. Querían  ver como se iba a desarrollar todo con sus amigos. Sus amigos dorados, los acompañarían,  mientras fuesen niños porque iban a crecer,  los niños dorados les iban a brindar tanto amor que no se sentirían solos.

Entonces, decidieron ir a la tierra en un Arcoíris de muchos colores resplandecientes,  que partía del mundo de los niños cuidados por los niños dorados. Fue un viaje largo, pero llegaron con ellos a la Tierra, y ellos fueron protagonistas de la nueva tierra porque ellos si tenían magia que provenían del corazón, y jugaban con las estrellas de colores en beneficio de la humanidad. Los niños dorados le enseñaron como usar su magia cuando eran niños pequeños para que no se les olvidara mientras crecían en la nueva tierra. Por eso hay que escucharlos porque son las nuevas estrellas que cambiarían la humanidad.

martes, 2 de marzo de 2021

Violeta y su amigo multicolor

 



Dentro de nuestro universo hay muchas dimensiones, y realidades, más de las cuales nos podemos imaginar. Entre todas ellas existía un planeta lleno de esferas, y seres de luz de altas consciencias.

El planeta era iluminado por una gran estrella luminosa, y daba mayor energía a los orbes. Era su fuente principal de vida, lo que llamaríamos un bello sol.

Entre todos ellos había  uno alto de color violeta, quien era muy amoroso, amable, y gentil porque cuidaba a todas las esferas del Planeta, sin embargo ella no solo los cuidaba, también los custodiaban los delfines, quienes tenían una red de luz energética sobre el planeta. Las esferas no podían salir de esa realidad sin su permiso. Violeta tenía una bella amiga de color verde esmeralda que se degradaba de diferentes tonos de acuerdo a la vibración energética del Planeta.

Sin embargo había un orbe multicolor distinto a todas ellas. Era una esfera exploradora. Siempre había soñado con recorrer otros mundos, inclusive los más apartados del universo. Violeta lo sabía, y siempre le aconsejaba que los delfines tenían sus razones para que no salieran de su realidad, ya que  ellos sabían que algún día lo harían. Temían por ellos porque algunas razas no comprenderían nunca su existencia.

Todas las esferas eran únicas porque se destacaban por su  infinidad de colores. La había desde color violeta hasta esferas doradas, y en ocasiones cuando se unían todas formaban un bello arcoíris de luz.

Los delfines conocían el espíritu de cada orbe porque aunque Uds. no lo crean ellas tienen consciencias, y por supuesto emociones, y algunos sueños. Muchas eran amigas de la naturaleza,  otras protegían a las más jóvenes, y otras eran muy juguetonas. Era una realidad muy equilibrada, y llena de luz.

El Universo es muy grande, y extenso con muchas realidades,  más de las que el humano se puede imaginar. Los delfines sabían de la existencia de la Tierra, y sabían que todavía su nivel de consciencia no era tan alto como el planeta de las esferas, y de otras dimensiones,  pero también sabían, que la Tierra estaba destinada a vibrar en luz, y ese tiempo llegaría, y entonces iluminarían todo el universo convirtiendo todo en un vasto mundo de luz porque todo está conectado por una línea energética de luz.

El planeta llegaría a ser poblado a los que llamabas humanos. Ellos eran creadores de realidades, y de sus deseos personales, eran distintos a los otras civilizaciones del universo. Sin embargo no tenían idea de los dones que tenían, y de sus propias capacidades.

Los delfines tenían mucha esperanza en la evolución de la Tierra. Primero llegaría el reino vegetal, y los creadores de mundos. Después llegarían los humanos, pero de ellos dependería su progreso o su atraso. Todo eso lo sabían los delfines, y por ello se comunicaban con sus hermanas “Las ballenas”, quienes vigilaban a la Tierra desde el espacio.

Sin embargo, el orbe multicolor era muy curioso. Se conocía todo el planeta de extremo a extremo. Sabía dónde se encontraban los lagos violetas, como  los otros seres de luz. Eran altos como violeta, y de una multitud de colores, asimismo disfrutaban de la presencia de los árboles. Los cuidaban con mucho amor, y a veces se transformaban en pequeños orbes de colores dentro de los árboles para iluminarlos.

Él era muy amigo de ellos, estos le hablaban de todo el universo, y del tipo de vida  que existía en cada realidad. Sin embargo no les contaban del nivel de consciencia que había en cada constelación.

De todos modos, esto avivo la curiosidad de nuestro amigo multicolor. Entonces pensó en pedirle permiso a Violeta para viajar. Ella era el puente para hablar con los delfines, y convencerlos.

Un día se entusiasmó tanto que decidió comunicarse con Violeta. Ella lo escucho detenidamente.

-Te daré una oportunidad, pero no puedes viajar al planeta Tierra-

-¿Por qué?-

-Ellos son muy importantes, pero son otra forma de vida, y si llegas dependiendo de la línea temporal te convertiríamos en humano-

-Te obedeceré-

-No te quiero dejar solo- dijo Violeta.

-No te preocupes-

-En el universo hay muchas líneas temporales. Podrías perderte sin darte cuenta-

-Podría acompañarme-

-Si te vas ahora, no poder hacerlo-

Sin embargo,  nuestro joven amigo pidió permiso a los Delfines. Ellos sabían que su naturaleza tenía que ser respetada, así que le dieron permiso. Nuestro amigo viajo por muchos mundos, y siempre volvía. Sabia de un mundo joven, que tenía curiosidad por visitar, sin embargo no sabía cuál era.

Le dijo a su amigo violeta que quería ir visitar ese sistema solar.  Violeta se dio cuenta inmediata de sus intenciones.

-No te vamos a abandonar nunca-

-Pues dile a Esmeralda que venga también, y a nuestros propios amigos.

-No todos pueden venir-

Los delfines le dieron permiso, pero con cierta tristeza porque sabían cuál sería su destino.

Siempre estaremos contigo aunque no sientas  nuestra presencia.

-Yo jamás los olvidare-

-No nos reconocerás hasta que el planeta cambie su energía-

-No te entiendo-

-Lo sabrás con el tiempo-

-Así fue que nuestro joven multicolor llego a la Tierra, convirtiéndose inmediatamente en un humano. El no entendía porque era diferente. Era sensible ante la naturaleza, y le gustaban mucho los animales. No era tan agresivo como muchos de ellos, y sentía el dolor de las demás formas de vida. Sin embargo durante su vida enseño a muchos a  sembrar, amar la naturaleza, y a cuidar a  los animales mostrándoles  que todos ellos sentían, no solo los humanos tenían esa dicha. Eso lo comprendieron, especialmente los niños que se convertirían después en hombres, y mujeres de cambio radical para la Joven Tierra. Vivió tiempos de guerra, y de paz hasta que llego el tiempo del cambio de la nueva Tierra. Todo eso lo presencio. El descubrió que podía saltar las líneas de tiempo en diferentes épocas de la tierra. Era uno de sus dones, y estuvo presente ante el primer despertar de la humanidad, que fue traumático para muchos. Y entonces, fue cuando empezó a percibir los orbes, incluso habían tres que no se apartaban de él.  Los llamo: “Violeta “, “Esmeralda”, y al otro purpura. Sentía que eran sus amigos, y que lo protegían, lo cual era cierto.

En ese tiempo empezaron a llegar más por el sol. Le parecía tan bellos porque muchos de ellos venían con una infinidad de colores. Muchos humanos los empezaron a percibir, pero no sabían de donde venían.  Eran parte de todo el cambio que estaba ocurriendo en la Tierra.

Le gusto esa línea de tiempo, y se quedó allí. Se hizo amigo de los orbes, especialmente de aquellos que lo protegían siempre sin saber que procedía de  su misma realidad.

 

 




sábado, 27 de febrero de 2021

Esmeralda



Siempre nos hemos sentido fascinados acerca del universo y sus increíbles secretos. Somos muy curiosos y queremos explorar la vida que puede existir en él, pero la realidad es que todavía no la encontramos. Tal vez es porque tiene que ser así. Tenemos que aprender a cuidar a nuestro planeta primero antes de encontrar vida en otros mundos para que la Tierra  sea amable, y llena de luz. Pienso que cuando estemos preparados  los habitantes de otros universos manifestaran  su presencia ante nosotros.

Solo sabemos de nuestro sistema solar, y otras constelaciones grabadas por el Telescopio Americano Hubble. Sin embargo existe un sinfín de otros universos no conocidos por la humanidad.

En nuestro universo hay muchas dimensiones lejanas a nuestro sistema solar, ya que existen muchos Universos paralelos. Entre todos ellos existía una constelación de color verde aceitunada, y de brillantes estrellas de un gran matiz de colores llamativos inimaginables por el hombre. En ella había un planeta llamado Esmeralda. Ella era tan brillante como el cosmos mismo rodeado de estrellas  brillantes iluminada por un radiante sol que cambiaba de colores diariamente.

El planeta tenía una atmosfera cubierta de estrellas brillantes de luminosos colores que le daban mucho color. Allí existía una comunidad de vida muy peculiar. Tenían facciones humanoides, y su piel era verde escarchada con un cabello largo cubierto de infinidad de estrellas de colores, y brillaban con un matiz dorado cuando llegaban los primeros rayos del sol  Se comunicaban mentalmente con los árboles, y les cantaban canciones llenas de melodía sutiles, y armoniosas. Los árboles se encontraban llenos de vida, y todos los días  llegaban unas esferas de colores que  se ubicaban en las ramas de los arboles brindándoles más vida a ellos. ¿Cómo llegaban? ¿De dónde venían? Ni siquiera los habitantes de esmeralda sabían. Ellos solo sabían que venían diariamente, y se asentaban en sus bellos arboles a quienes amaban mucho. No todo quedaba allí. Venían con ellos energías llenas de vida, y habitaban dentro de las esferas. Los habitantes de Esmeralda las cuidaban mucho porque sabían que gracias a ellas había equilibrio en el universo.

Hilitos de oro era una bailarina muy conocida en los planetas verdes, pero le encantaba visitar a Esmeralda, y cuando amanecía el sol  irradiaba  con hermosos colores, a cambio ella se lo agradecía bailando una danza única con música proveniente de las altas esferas.

Jhajim era muy tierno con los pajaritos, así llamaba a los habitantes de los árboles que venían continuamente del cielo. Él las quería mucho, y cantaba continuamente con ellas, y las esferas se vestían de atractivos colores.

Era un bello planeta lleno de luz, y mucha alegría. La conexión telepática con  el reino vegetal era algo muy natural. Eventualmente aparecían energías de colores semejantes a los comentas que provenían del cielo. Violeta era una de ellas. En ocasiones pasaba grandes temporadas con nosotros. Era alta, y de varios matices de purpura.  Jhagim Le llego agarrar mucho cariño a las pequeñas esferas, y a la civilización de Esmeralda.

Violeta y Jhajim se  hicieron grandes amigos. Realmente le parecía que era totalmente diferente de lo que había conocido anteriormente. Tenía la capacidad de  transformarse, y cambiar de tamaño. Se hacía pequeña para visitar a las pequeñas esferas que vivían en los árboles, y a la comunidad de seres que Vivian en ellos e igualmente podía adquirir un gran tamaño llegando a la altura de los arboles más altos. Y muchas veces sentí que los abrazaba con calidez. Era energía pura e irradiaba mucha luz.

La comunidad era muy confiada, y pensaba que todas las razas del universo poseían la misma calidez, y respeto a la vida como ellos. Sin embargo, sabían de un planeta nuevo, y muy joven que estaba evolucionando. Ya las primeras formas de vida habían surgido, y pronto llegarían los humanos. Eran diferentes a ellos. Era un mundo lleno de emociones, y grandes bendiciones. Tenían temor por ellos porque poseían mucha luz, pero no lo sabían, por eso eran peligrosos. Sin embargo Jhajim tenía confianza en ellos de que algún día descubrirían su luz. El defendía todas las formas de vida del cosmos porque pensaba que todos tenían derecho a la vida, y a la prosperidad.

Hilitos de oro quería mucho a Jhajim. Cuando se le acercaba su piel brillaba como nunca vistiéndose de mil y un colores. Ambos llegaron a quererse mucho. Todo para ellos era luz, y color. Él amaba toda la vida de Esmeralda, pero era también un aventurero. Soñaba con conocer otras civilizaciones, pero no se quería apartar de Hilitos de oro, y su mundo maravilloso vegetal.

Entonces llegaron ellos. Todos los recibieron con calidez, y no vieron ningún peligro en esa raza. Eran altos con facciones grises, y  ojos azules penetrantes. Les enseñaron todo. Hilito de oro no confiaba en ellos. Había algo de ellos que no le terminaba de convencer. No brillaban como ellos. Ella era un artista, y había viajado a muchos mundos generosos llenos de luz en muchos universos. Por ello, ella les tenía desconfianza, y hasta mucho temor.

Ella le dijo que tuviera cuidado con  ellos, sin embargo como los demás no la escucho. 

Ellos se acercaron a Jhajim, y sabían de su inquietud por conocer  otros mundos, y lo invitaron a llevarlo a la Tierra prometiéndole que volverían pronto. Él estaba muy contento. Quería conocer todo acerca de ese planeta. Le dijo a Hilitos de Oro que volvería pronto, y se quedaría después con ella por siempre en Esmeralda pero, no puedo cumplir su promesa. Hilitos de Oro le dio un medallón azul celeste, que brillaba con el sol reflejando matices de colores del Universo.

Al día siguiente se fue con ellos, pero no se dirigieron a la Tierra sino por el contrario a otro mundo con poca luz.

-Esto no es la Tierra- le contesto temeroso Jhajim

-Por supuesto que no. Aquí te quedaras, y no volverás a tu hogar.

Eso fue un golpe duro para Jhagim. Él quería volver a Esmeralda.

-No pienso quedarme-

-Eso dijeron los otros-

-Coleccionamos habitantes de otros planetas, y los apresamos. Te elegimos a ti porque eras diferente a los demás- dijo despectivamente.

Lo bajaron de la nave, y lo apresaron en una jaula con otros seres desconocidos para él.

Tenía mucho miedo. Nunca se había alejado tanto de su hogar, y estaba arrepentido de aceptar su invitación a esa aventura nefasta.

Sin embargo, no todo era malo. A pesar de que Hilitos de Oro se encontraba lejos, ellos se comunicaban mediante el medallón. Él era muy gentil, y se hizo amigo de todas aquellas razas. Ellos sufrían también. Le daban poca comida, y el las compartía con ellos, y les hablaba acerca de su planeta, y como era todo allí. También jugaban a los escondites  de aquellos seres, sobre todo con los más pequeños. Todo se volvió más ligero para todos.

Un buen día aquellos seres desagradables  vinieron a buscarlo a esa jaula. Estaban muy desconfiados por que los otros estaban muy tranquilos, y hasta más felices desde que llego el allí.

-¿Quién eres tú?-

-¿Porque los demás confían en ti? Eso no es normal.

Jajhin no sabía que decirles. El simplemente era gentil con todos, incluso con ellos. Yo simplemente pienso que la vida en el universo debe ser amada, y cuidada, incluso ustedes también lo merecen.

Ellos se rieron de él. No estaban acostumbrados a la gentileza de nadie.

-Piensas que te puedes ir ahora- dijo uno burlonamente

-Yo me voy a ir de todos modos. No pienso estar aquí para siempre-

-¿Por qué brillas tanto cuando hay una hoja seca o un árbol seco?

-Ellos merecen amor. Yo amo mucho al reino vegetal, y elemental-

-Pregunto otra vez ¿Quién eres tú? Eres distinto a ellos-

Jhagim los miro fijamente, y sin temor.

-Soy el guardián de todos los árboles de Esmeralda-

Ellos se asustaron, y retrocedieron: “Eres un ángel verde”

-No sé a qué se refieren.  A nosotros nunca nos han llamado así.

-No puedes estar más aquí. Nos harías daño-

-Te facilitaremos una nave espacial para que te vayas, pero no puedes volver a Esmeralda-

-¿Por qué?-  dijo Jhagim extrañado

-La constelación a la cual perteneces se encuentra impenetrable. Tus amigos pusieron una capa electromagnética de defensa. Nadie puede ingresar a ese universo, ni siquiera las razas que poseen los avances tecnológicos más altos.

-Lo hicieron para evitar que entraran intrusos con malas intenciones, es decir nosotros- dijo con una mueca de desagrado.

- y, ahora ¿Qué haré?- pensando que había perdido todo.

-Hay un planeta nuevo parecido al tuyo, pero es  muy joven todavía. Te puedes ir allá.-

-¡La Tierra!-

-Te advierto, en cuanto pises la Tierra te olvidaras de todo, de dónde vienes-

Jhagim acepto. No tenía alternativa. Para ellos fue un consuelo que se fuese. No querían tener cerca un ser de tanta luz, aunque reconocía que era muy amable. Tal vez algún día podrían convivir con todas las razas del universo, pero no todavía.

Jhagim fue llevado a una nave espacial rudimentaria. Ellos, coordinaron todo, esperando no volverlo a ver otra vez. El medallón de Hilitos de oro brillaba con un color azul intermitente, ya ella sabía que él estaba a salvo, pero no sabía en donde se encontraría, pero su corazón lo sospechaba.

Y así fue que Jhagim llego a la Tierra. Tuvo que esconderse porque los humanos no eran fáciles de comprender. Él sabía en su corazón que la Tierra no era su hogar. Sin embargo, se hizo amigo de los humanos, y les enseño a cultivar, y a tratar bien al reino vegetal porque ellos sienten mucho amor, y brindan muchas bendiciones.  De vez en cuando revisaba el medallón. No entendía sus inscripciones, ni tampoco  porque tenía un logotipo de árboles en un fondo azul.  Sabía que tenía algún significado. Algún día lo descubriría. Empezó a conectarse con los árboles, y le parecía escuchar sonidos, y melodías provenientes de ellos. Pensó que era su imaginación, pero empezó a cantar con ellos, y sentía que le respondían, y cuando brillaba mucho el sol aparecía unos hilitos de colores que brillaba  incandescente. El la llamo hilitos de oro sin saber que la había conocido de algún lugar. Esa es la historia de Jaghín que vino de un planeta verde llamado Esmeralda en donde la luz y el amor equilibran todo. De un mundo que nos enseñaría mucho, y que tal vez algún día si sembramos gentileza, respeto , y amabilidad a la madre Tierra seria parecido a Esmeralda.


 

sábado, 9 de enero de 2021

La nueva raza




Si bien el Universo nos ofrece el deleite de grandes maravillas como la existencia de galaxias a distancia de años luz de la Tierra, no nos percatamos de las grandes bendiciones existentes en la madre Tierra. La presencia de los elementales son un gran ejemplo de ello. Pocos conocen la gran diversidad de vida que existe en ella.

El Aire, agua (nieve y hielo), fuego, tierra, aire y  éter albergan mucha vida que muy pocos conocen. La gran mayoría  solo relacionan en ella la presencia de hadas, elfos, ondinas, y duendes. Sin embargo, hay mucho más. Somos realmente tan ignorantes al no conocer nada acerca de ellos.

Los llamamos “Los Elementales “, pero son más significativos, y de gran valor para la especie humana. Los arboles pertenecen al elemento Tierra, y nos brindan alimentos  ¿Qué haríamos sin ellos? El agua se encuentra presente en los ríos, mares, y lago. El fuego nos da calor, y nos ayuda a cocinar los alimentos. El aire nos ayuda a brindar energía eólica a los molinos, y fuerza para navegar los buques. Sin embargo el éter posee toda una comunidad invisible que los humanos no pueden ver. Todos estos elementos están conectados  unos con otros, y mantienen equilibrio en el cosmos.

Sin embargo, yo no podría llamar elementales a toda esta vida porque dentro de ella hay una raza que crea nueva vida proporcionando orden, y equilibrio a nuestro querido planeta.  Yo las llamo “Mis queridas aves mágicas” porque son similares en su apariencia a las aves, pero poseen su propia individualidad e inteligencia. Dirigen el nacimiento, crecimiento, y vida de los nuevos miembros que se involucraran en la vida en la Tierra como a los habitantes invisibles del Éter.

Sin embargo la pregunta significativa seria ¿De dónde vienen? ¿Por qué están en nuestro planeta? ¿Han existido siempre? Hay que recordar que ellos son más antiguos que  la humanidad.

La pregunta sería ¿Se comunican con los humanos? Cabe decir que son muy desconfiados ya que consideran que la humanidad no es sensible ni podría respetar a su magnífica raza. En ocasiones, se comunican con ellos, pero son muy selectivos, y cuando lo hacen es porque tienen algo que enseñarnos.

Tuve la fortuna de conocerlos, y toda vía sigo aprendiendo de ellos. Les gusta cantar, bailar, danzar y armonizar  con colores todo aquello que se encuentra a nuestro entorno. Sin embargo hay que respetarlos ya que son creadores de un sinfín de vida.

En el tiempo que he establecido contacto con ellos me han enseñado mucho. Ellos son los guías de los nuevos “elementales “que se establecerán en la nueva tierra. Llegan a través de portales, y mis queridas aves los incorporan  en los árboles, plantas como en las otras formas de vida.

Solecito es también su gran aliado, y cuando sus rayos  se dirigen dirigen directamente a las plantas se pueden percibir maravillas.

Ese es mi secreto. Pienso que es parte de las maravillas de la creación, de la cual tanto desconocemos. Tal vez la humanidad algún día se encuentre preparado para conocerlos, y no solo algunos pocos. Es un gran reto para este siglo.