viernes, 26 de marzo de 2010

La tortuga miedosa





Cuentan que en un lindo jardín se escondía una tortuga casi del tamaño de un morrocoy. Se escondía detrás de un gran naranjal, debajo de un rosal que cultivaba la dueña del jardín. A pesar de que la dueña del jardín venía todos los días a regar a sus flores y a podarlas de vez en cuando nunca se percato de la existencia de esta peculiar tortuga. La pobre era tan miedosa, tan miedosa, que le asustaban las gotas de la lluvia y la visita del picaflor que venía todas las mañanas a chupar el néctar de las flores. Y ni que decir, de las ardillas que habitaba en el naranjal, y el pájaro carpintero que se asomaba en las mañanas. Todos los niños de la cuadra venían en la tarde a ver el naranjal ya que le encantaban ver las ardillas pasar correteando por el jardín.

Un buen día uno de los niños vio la tortuga y se enamoro de ella. La pobre cuando lo vio, se asusto tanto que se metió en su caparazón y no salio de el hasta que el niño le dio unas ricas cayenas. Cuando se dio cuenta no estaba en el jardín. Y se dijo a si misma: Me han secuestrado, ya no estoy cerca de mi naranjal y además extraño mucho a mis amigas las ardillas, aunque nunca les dije cuanto las apreciaba. Y así que se metió en su caparazón y no salio de allí. La pobre se sentía tan triste porque extrañaba a su jardín ya que a pesar de todo era su hogar.

Pedrito, no entendía porque la tortuga no salía de su caparazón. Este le proporcionaba las cayenas más ricas de los matorrales que se encontraban cerca de su casa, pero nada, ella no salía del caparazón. Pedrito se decía: Esta tortuga como que es bien miedosa. Pero es tan linda, es de un color verde esmeralda. Me encantaría quedarme con ella. Pedrito se acordó que cerca de su jardín vivía un morrocoy. El era una morrocoy solitario y apenas se asomaba debajo de la tierra. Sus flores favoritas eran las cayenas. Y le encantaban cuando Pedrito se las daba. Así que tomo a Manchitas, así lo llamaba con cariño, y lo acerco a la tortuga, y se fue sigilosamente a su casa, asomándose discretamente a la ventana. Pensaba: Yo soy muy grande para ellos, a los mejor se asustan. Manchitas en cuanto la vio fue directamente hacia ella. Nunca había visto una tortuga tan linda. La tortuga al sentir unos pasos que no eran humanos se asomo ligeramente de su caparazón, y que sorpresa, era un animal igual a ella, así con mas curiosidad que vergüenza asomo su cabeza.

Pronto la tortuga y el morrocoy se hicieron muy amigos. Y el morrocoy la paseaba todas las mañanas por el jardín enseñándole todas las mañanas los matorrales de cayenas y los rosales del jardín. Y la tortuga fue perdiendo el miedo, y disfrutaba de los encantos de las hormigas, abejas, bachacos y mariposas que venían todas las mañanas. Pero no todo era seguro en el jardín. Cerca de allí, en la casa de al lado habitaban un perro no muy grande, pero lo suficiente para hacerle daño a los más pequeños. Entonces, un día el perro se acerco al jardín y vio a la tortuga y quiso hacer su agosto con la pobre. Ya le pensaba dar con la pata a la pobre para molestarla. Pero no contaba con la presencia cercana de Manchitas. Y sin darse cuenta, de repente el morrocoy le proporciono una gran mordida a la cola del perro y este salio aullando por toda la calle sin parar. Y dicen, que las mordidas de morrocoy son muy duras. Así que la tortuguita se sintió tan protegida con Manchitas que se atrevió a disfrutar de todo lo que le ofrecía el mundo fuera de su caparazón. Y le pareció tan bonito, tan bonito, que ya no extrañaba su casa, porque tenía un buen amigo con ella, que la cuidaba y la quería muchísimo. Ya no se sentía sola. Y era muy feliz, y el miedo se le fue desapareciendo poco a poco. Y por supuesto, ya el morrocoy no se enterraba en la tierra porque disfrutaba de la compañía de su amiga la tortuga. Por eso dicen que los amigos son muy importantes porque juntos pueden superar los temores más agudos.

1 comentario:

  1. Adoro tus cuentos sobre animalitos. Son muy tiernos y este en especial me ha encantado. Es muy dulce, querida amiga.
    Siempre cuando vas a un sitio nuevo tienes a una amiga. Ya lo sabes.
    Un cuento magnífico.
    Me ha encantado. Te superas a ti misma en cada palabra. Enhorabuena, super escritora.
    Muchos abrazos.

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