jueves, 29 de diciembre de 2016


CAPITULO II

LA VISITA





Pedro y María fueron esa tarde a la casa de la profesora de Gustavo. Cruzaron la avenida principal hasta llegar a una casa de una fachada azul.
-¿Estas segura que es aquí?- le pregunto a María
- Si. Sabes que tengo una memoria de Elefante- le dijo sonriéndole
María toco gentilmente el timbre, y a los pocos segundos abrió la puerta la Profesora de Gustavo.
-Pasen, los estaba esperando-invitándolos a sentarse en unos sillones.
Pedro estaba impresionado. Era realmente una mujer altísima, y su cabello rubio brillaba ante los reflejos de la luz del sol.
-¿Quieren Galletas? Hice unas esta mañana. – les pregunto.
-Muchas gracias. Eres muy amable- le respondió María
Mientras Luz iba a la cocina, y buscaba las galletas, Pedro empujo a María.
-¿Viste esas luces rosadas brillantes que aparecen en su cabeza?, no es extraño- Preguntó Pedro
-No detalle nada. A veces tú ves unas cosas. Se ve muy agradable, ¿Qué opinas?-
-Realmente sí. Me imagino que las galletas deben ser estupendas-
-Son de chocolate- respondió Luz acercándose a los niños.
-¡Que bellas flores tienes!- dijo María detallando unas violetas y una flor peculiar de tonos azulados con pintas anaranjadas. Además huelen rico
-Te gustan. Te puedo regalar una de ellas, y la pones cerca de la ventana. Le gusta el sol de la mañana, pero le gusta refrescarse en la tarde en la sombra-
-Muchas gracias, me encantan las flores.-

Los muchachos oyeron  un ruido en la cocina. A Pedro le pareció escuchar alguien cantando.
-Ese es Luna. Le gusta cantar canciones antes de tomarse su jugo de moras.-
A los pocos segundos, Luna se asomó acercándose a los dos muchachos.
Realmente era pequeño de tamaño, pero sus facciones no eran de un  niño de primaria. Tenía una melena verde esmeralda que cambiaba en diferentes tonos al entrar el contacto con el sol, y sus ojos reflejaban una calidez sin igual.
-Me llamo Luna. Luz me dijo que venían, así que decidí aparecer. A veces, estoy ocupado visitando otros amigos-
Los muchachos estaban perplejos como fascinados.
-¿Uds. no son de aquí?- pregunto María
-Venimos de otro Planeta a 10 años luz del suyo, La Tierra es encantadora. Tienen unos paisajes fascinantes, solo que me da tristeza como le están haciendo daño-
-Sí, eso  me entristece tanto. Hay personas que no valoran el ambiente natural- respondió María
-Pertenecemos a un grupo de jardinería en la escuela. Yo les enseño a mis compañeros como cultivar plantas respetando su ciclo de crecimiento- dijo sonriendo.
-Eso lo sabemos, por eso lo invitamos-respondió Luz
-Caramba, Uds. saben mucho de nosotros- dijo Pedro con curiosidad.
-Sé que comparten la pasión por la Astronomía, eso me encanta-
-Sí, María diseña unos Mapas Estelares bellísimos llenos de detalles. Hasta ayer entre los dos diseñamos  un mapa de la vía láctea. Puede tener algunos errores porque no tenemos mucha información- respondió  Pedro.
-¿Puedes mostrarme?-
-Aquí tienes. Estoy dibujándolo desde que tengo nueve años. No es gran cosa, pero lo cuido como un tesoro-
Luna lo tomo, y lo reviso con detalles.
-Tienes muy bien detallado todo e inclusive no te has equivocado en nada a pesar de que no tienen mucha información. ¿Les gustaría ver como se ve el firmamento y otros universos?- les pregunto Luna
-Pero, no es de noche, estamos a plena tarde- respondió la niña
-No es necesario. Luz tráeme mis prismáticos, y mi tableta, por favor-
Luz subió rápidamente las escaleras, y en menos de cinco segundos se encontraba otra vez con nosotros.
-¿Cómo llegaste tan rápido? Eres muy  veloz-
Pedro  toma los prismáticos, y oprime el botón azul. Te va encantar, y María prende la Tableta. No tienes que darle a ninguna aplicación.
Pedro se puso los prismáticos, y se sintió transportado a otros universos. Se alejó rápidamente de la Vía Láctea, percibiendo otras Galaxias, soles e incluso había  podido percibir un Cometa pasando por la trayectoria de un Planeta Rosado. Era deslumbrante. María prendió la tableta y descubrió un mapa estelar complejísimo, pero lo descifro rápido. Estábamos ubicados en un pequeño punto. A medida que se alejaba descubría  una gran cantidad de planetas, algunos más grandes otros más pequeños. Aprendió a manejar el mapa rápidamente. A medida que se alejaba aparecían otros universos con tantos detalles.
Pedro se quitó los prismáticos. Se sintió un poco mareado.
-Toma este caramelo. Te vas a sentir mejor-
- Esto es increíble. Ningún Telescopio puede percibir tantos cuerpos celestes- tomando el caramelo que le ofrecía Luna.
-Me imagino que es un diario estelar- dijo María
-Veo que lo resolviste rápido- dijo Luz acariciándole el cabello a la niña.
-Yo también estoy un poco cansada. No sé porque me siento así-
-Comete este chocolate. Te ayudara-
-Es riquísimo. Muchas Gracias.
Los muchachos se sintieron más aliviados, y con mas energía, pero sobretodo felices de haber vivido esa linda experiencia.
-¿Y se van a quedar más tiempo por aquí? ¿Tienen otros amigos como Uds. en la Tierra?- Pregunto con curiosidad Pedro
-Por supuesto, pero nos vamos a quedar por un tiempo, y después regresaremos a nuestro hogar- respondió Luna
-¡Que lastima!-
-Necesitamos que nos ayuden-
-¿Ayudarlos? ¿Cómo?- respondió Pedro
-Necesitamos que personas como ustedes cuiden a su Planeta, y que se lo muestren a los demás. Todo ello ayudará a que en un futuro haya una mayor cantidad de ciudadanos que velen por su querida Tierra evitando un desenlace fatal- dijo Luna seriamente
-Así es, aunque ustedes no lo sepan la destrucción continua que viven ustedes afecta también a otros mundos. Ellos sienten el dolor que sufre su Planeta, y además su mundo tiene vida propia. Desde otros Universos se siente como late su cansado corazón.
-No sabíamos eso- dijo María con sorpresa
- Por cierto, leí en Internet que viene un Planeta rojo a destruirnos. ¿Qué hay de verdad en eso?
-¿Qué dice tu corazón?- pregunto suavemente Luz
-Yo no creo. Me niego a  imaginarme algo tan malo.- dijo María
-Es verdad, esas noticias la  hacen para distraer, crear temor y pánico colectivo-
-¡Que alivio!- dijo Pedro
-Sin embargo, va depender de ustedes y muchos otros que se dé un cambio radical en el rumbo de su mundo. Nosotros siempre hemos tenido esperanza en ustedes. Hay tanta bondad y gentileza en muchos corazones. Nosotros no  podemos intervenir. Esa labor les corresponde. Por eso los niños son tan importantes. La gran mayoría tienen ese gran deseo por descubrir todo su entorno, cuidarlo, y tienen tanta creatividad para elaborar experiencias artísticas-
-¿Y, los adultos? ¿Nos vamos olvidar de ellos?-Pregunto María alarmada
-Muchos ya están terminando de cumplir su plan de vida, otros se han equivocado, y desviado en el camino- dijo Luna con tristeza.
-No nos vamos a desaminar. Pedro, ¿te acuerdas de la idea tuya de formar clubes en los centros comunitarios de la localidad?- menciono María
- Si. Me había pasado varias veces por la cabeza. Yo podría fundar un club de ecología y uno de Astronomía. A Gisela le gusta relatar historias, a Soledad las actividades Manuales y artísticas. En nuestro salón hay intereses variados pero podríamos enfocarlos en construir algo positivo. Tal vez si los motivamos a que creen diversos clubes e invitamos a los vecinos a que participen se lograría buenos objetivos en pro de nuestro planeta y las relaciones interpersonales positivas-
-¿Y cómo vamos a organizarnos?-pregunto María
Luz estaba fascinada con las ideas de los muchachos y Luna sonreía con picardía.
-Veo que ya han encontrado muy buenas ideas. Siempre tuve esperanza en ustedes- dijo Luz sonriendo.
-No te preocupes María. Tengo unas cuantas ideas. No va ser difícil. Lo importante es poner manos a la obra y buscar apoyo con nuestros compañeros del salón-
-Voy hablar con el papá de Efraín. Él ha sido siempre muy amable conmigo. Estoy segura que nos dará unos espacios en su local-
-Seguro. Menos mal que tú eres muy buena para hablar con la gente. Eso nos ayudará-
-Caramba. Ya va anochecer. Deberíamos irnos a casa- dijo María
-Tienes razón. ¿Podríamos venir otro día? Me encantaría usar esos prismáticos otra vez- dijo Pedro sonrojándose.
-Por supuesto, esta es su casa- respondió Luz con cariño.
- Pero la próxima vez. Yo traigo unas galletas, las hago yo mismo, preferiblemente con chispitas de chocolate- dijo Pedro con picardía.
Pedro y María se dirigieron a la puerta para salir y regresar a sus casas.
-Espera, María. Lucia quiere ir contigo- dijo Luz apresuradamente entregándole una bellísima flor de tonos azules y franjas anaranjadas.
-¡Es preciosa! y tiene nombre….genial- respondió tomándola
- Ponla en la ventana en las mañanas, y cuando llegues del colegio ubícala en la sombra. Ella le gusta descansar en las tardes. Es una planta cantora así que de repente te cante una linda melodía cuando se encuentre feliz.-
-Eso sería genial. Muchas gracias brindándole un gran abrazo a Luz como a Luna quien no se lo esperaba. Pedro hizo lo mismo, aunque era el más tímido para expresarse afectivamente.
Los muchachos se despidieron de sus amigos  con alegría. Habían pasado una tarde fenomenal.

-Sabes Luz, ellos no lo saben, pero estos chiquillos despiden tanto amor, y sembraran las primeras semillas de cambio hacia el maravilloso planeta azul. Veo mucho tiempo favorable hacia las futuras generaciones que iniciaran la apertura de la nueva edad de oro de la humanidad- dijo Luna acariciando gentilmente el cabello de Luz.

CAPITULO I

PEDRO Y MARIA





Pedro y María habían sido amigos desde siempre, y compartían una gran pasión, la Astronomía. Desde muy pequeño  Pedro  se mostraba muy atraído por conocer todo lo referente a los cuerpos celestes e inclusive había diseñado su propio telescopio. Él no era muy hábil con las manos, pero María sí. Ella lo apoyo para construir su primer Telescopio, y era muy buena diseñando mapas estelares.  Realmente se complementaban muy bien uno con el otro. Además tenían un peculiar amor y cariño hacia las plantas. María le encantaba hablarle a sus flores, acariciaba sus pétalos, y al parecer esto les encantaba ya que siempre permanecían floreadas, inclusive en los días más calurosos. Pedro tenía un pequeño huerto en el jardín. Preparaba infusiones para su siembra en base a elementos naturales, ya que  no le gustaba fumigarlas cuando aparecían  plagas porque sentía que se enfermaban, así que lo resolvía observando en cómo combatirlas con algunas de sus preparaciones.
Un buen día María toco con insistencia el timbre de la  puerta de Pedro. Tenía que hablar con  su amigo. No podría esperar.
-¡Hola! Déjame pasar. Tengo algo que contarte.
- Siéntate, mientras le digo a mi mamá que estas aquí. Seguro que nos prepara una limonada le dijo sonriendo.-
- Ayer mi hermano me llevo a su clase de Piano. Generalmente no voy,  pero él quería que escuchase una bella melodía que había compuesto. Ya toca mejor. Menos mal-
- ¿Y, entonces? – pregunto impaciente su amigo
- Me llamo mucho la atención su profesora, era altísima, con un cabello rubio que le llegaba a la cintura, y me pareció que sus ojos brillaban tornándose de color naranja ocasionalmente cuando Gustavo tocaba la tonada perfectamente-
- Hay mucha gente rubia, no te lo imaginaste- le respondió riéndose.
-Allí no termina todo. En su cocina vi a  un niño aproximadamente de seis años. Era rubio, igual que ella, pero su cabello era de un color verde esmeralda. Me asome por curiosidad, pero había desaparecido.-
Gustavo estaba tan concentrado que no se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo. La profesora se me quedo mirando con gentileza, yo creí que se iba a molestar, pero no. Me abrazo gentilmente y me susurro en el oído.
-Por lo que veo conociste a Luna, pero es tan travieso. Le gusta esconderse. Si quieres vienes con tu amigo el viernes,  te lo presento-
-¿Cómo sabría de ti?  Eso sí es raro. Sin embargo tengo curiosidad por ir. ¿Me acompañas?
- Por supuesto. Tengo que conocerla.
Al poco rato vino la madre de Pedro con unas ricas galletas y limonada.
-Muchas gracias-
-Puedes venir cuando quieras. Ustedes son como hermanos, y tienen tanto en común- le respondió a María con una bella sonrisa.
-No puedo esperar hasta el viernes. Van a ser eternos estos días- dijo Pedro
-Recuerda que tenemos que diseñar  un  mapa estelar. Quiero dibujar esta vez toda la vía láctea. Tengo unos libros de Astronomía que me  prestaron, y me estoy guiando  por ellos- dijo con entusiasmo.
- Vente mañana. Lo hacemos juntos- le respondió amablemente.
Durante el transcurso de los días María fue perfeccionando su mapa estelar. Le encantaba las ideas de Pedro ya que tenía otra forma de percibir las cosas. María diagramó todo el sistema solar con todos los planetas y sus respectivas lunas. Pedro le sugirió ubicar posibles asteroides que circulan de vez en cuando por el sistema solar.
-Ahora viene lo complicado, diseñar los demás cuerpos celestes en la vía láctea-dijo Pedro
-No te preocupes. En este libro descubrí más detalles que los podré incorporar en mi mapa estelar, pero tengo una incógnita. Creo que hay algo más que no se encuentra  presente en los libros-
-¿Cómo qué?  Y si incorporas otras estrellas y planetas que nadie ha descubierto todavía- le planteo.
-Entonces no tiene veracidad.- le respondió ella
- Es como un presentimiento. Creo que en esta zona de la vía láctea existen seis planetas- le dijo Pedro
-Entonces lo dibujaré con algunas dudas,  pero yo siempre he tenido fe en tus convicciones. Has tenido razón en todas-
Así transcurrieron los días hasta que llego el Viernes.
Pedro y María pensaban ir en la tarde ya que tenían clase en la mañana.
El día anterior Gustavo llamo a María.
-María, es mi profesora de Piano. Quiere hablar contigo por teléfono. ¿Qué quiere contigo? – le dijo Gustavo.
- Ni Idea. Ya bajo las escaleras-
-Hola María. Soy Luz, la profesora de tu hermano. Trae también tu mapa estelar mañana en la tarde-
-¿Cómo sabe de mi mapa estelar, y de Pedro?
-No te asustes. Solo quiero compartir algo con ustedes.
-Perfecto nos vemos mañana.

Esto si era cada vez más extraño. Bueno, ya saldría de dudas mañana. No le voy a decir nada  a Pedro porque a veces es un poco desconfiado pensaba Maria.  
NUESTROS AMIGOS DE LAS ESTRELLAS

PROLOGO





Dentro del vasto Universo existe una bellísima cantidad de estrellas y galaxias indescriptibles que  nadie podría imaginarse. Muchas emiten destellos de luz acompañadas de sonidos musicales que bailan en un ritmo perfecto con una resplandeciente estrella. Sin embargo no todas  ellas  son  de un tono rojo como nuestro querido sol, las hay violetas, rosadas, y otras son de un tono verde escarchado. Existe tanta vida en ellas. Quedaríamos sin aliento de solo poder percibirlas porque ni el más poderoso Telescopio es capaz de percibir y registrar tanta belleza en la creación de nuestro querido Padre Azul.

Somos un pequeño planeta ubicado en un rincón de la Vía Láctea.  Nos creemos únicos, y  nuestra soberbia es tan grande que no nos imaginamos otra vida presente en el extenso firmamento. Sin embargo, nuestro querido planeta ha sido foco de curiosidad de otras vidas y existencias.
Les diré un secretico, ellos no se dejan ver ante nuestros ojos a menos que lo quieran, pero algo si es cierto La Tierra es y ha sido motivo de curiosidad para ellos porque no comprenden por qué nosotros insistimos en destruirlo. Nuestro querido Planeta es un ser viviente que late con su propio corazón. Siente cuando lo dañan y manifiesta su tristeza con las lluvias y torrenciales aguaceros. De la misma forma se defiende cuando lo hieren manifestando terribles terremotos, maremotos y diluvios.
A diferencia de  nosotros, ellos perciben los destellos de luz presentes  en los niños, y adultos. Piensan que nuestro mundo todavía es rescatable ya que muchos  de nosotros sienten un profundo amor hacia la naturaleza y se esfuerzan por rescatarla, tienen una verdadera vocación de servicio y capacidad de amar.


No lo percibimos, pero se esconden bajo el amor de la calidez de un bello árbol, un bello amanecer, atardecer e inclusive en la presencia de un increíble Arco Iris, pero sobre todo cerca de los niños. Su preocupación es grande y tienen tanto amor que ofrecernos como un mensaje maravilloso para aquel que sea capaz de escucharlo.

viernes, 24 de junio de 2016

LUCESITA




Desde que recuerdo Lucecita siempre había sido mi amiga. Vino inesperadamente una tarde calurosa de Agosto con su traje escarchado y sus luces de colores. Ese día me encontraba jugando en el Jardín sembrando una mata de Mango. Mi Jardín era mi lugar especial. Había sembrado flores con ayuda de mi mamá en Primavera y en menos de tres meses se habían vestido con frondosos colores. Indudablemente me entendía muy bien con las plantas.
-¿Te ayudo?- me pregunto guiñándome un ojo.
- Si quieres. …Déjame echarle un  poco de tierra a esta semilla. Necesitará espacio para crecer. Menos mal que mi Jardín es amplio.
Curiosamente la niña le echo un poco de escarcha a la tierra, y acto siguiente la tierra se tornó de un olor a humedad con tonos de caramelo.
-¿Eso es magia?- le pregunte
-Ese será nuestro secreto- me dijo sonriendo.
¿Cómo te llamas? –
Lucecita.
-Te queda muy bien. Me encanta tu vestido y ese cintillo de colores.
Desde ese día nos hicimos muy buenas amigas, y Canela la quería mucho. Desde que la vio le trajo su pelota favorita para que jugase con él.
-¡Vaya! Le caíste muy bien. Mi perro no se da fácilmente con nadie. Qué bueno…así nos divertiremos mucho juntas.

Lucecita y yo pasábamos mucho tiempo juntas e incluso me acompañaba a la escuela, y así soportaba con más tolerancia las burlas de los niños más grandes. Siempre me fastidiaban ya que era muy delgada.
Sin embargo noté desde el principio algo muy curioso. Nadie podía verla, pero eso no me importo ya que nos teníamos un profundo afecto.
Mis padres se preocuparon porque me oían jugando conversando con otra niña. Al principio creían que había hecho una nueva amiga y jugaba con ella en el jardín.
-Hija, ¿Por qué hablas sola?- me decía mi madre.
- No estoy sola. Estoy con mi amiga Lucecita.
Mis padres querían llevarme a un médico, pero mi abuela intervino y les dijo a mis padres que me dejasen tranquila ya que era parte de mi niñez.
Lucecita fue también un gran apoyo. Cuando murió Canela, me encontraba inconsolable, y ella me mostro una puerta mágica por donde se iban los seres queridos cuando morían. Era bellísimo. Vi cómo se fue Canela corriendo acompañado de unos seres brillantes con  otros animales tales como Paraulatas, tortugas, perros y un precioso gato gris.
-No les puedes decir nada a tus papas-
-De todos modos no me creerían-
Lucecita me acompañaba y me apoyaba en los momentos más difíciles. Estuvo allí cuando aprendí a nadar, y cuando participe en una carrera de Bicicletas. Fue muy duro. Había niños muy tramposos, y casi me caigo por un empujón que me dio Julián al llegar por una curva. No sé cómo no paso nada. Pienso que tuvo algo que ver Lucecita. Siempre estaba cerca. Me gane un ramillete de flores, y le di en el parque la mitad a mi amiga.
-Huelen rico. Huelen a ti- le dije
-¡Que cómica eres!  Je...je...

Pasaron los años y conocí a Carlos en la secundaria. Pasábamos mucho tiempo juntos. Sin embargo nunca me olvide de Lucecita. La invitaba a salir con nosotros. A Lucecita le encantaba el helado de Chocolate, y bueno Carlos nunca le importo mi ocurrencia de mi amiga imaginaria.
Un día Lucecita me dijo que tenía visitar a otro niño, y acompañarlo también un tiempo como había hecho conmigo.
Esa noche llore muchísimo. No me quería separar de mi amiga.
-¡No estés triste! Tal vez nos veamos en otro momento.
-¿Que voy hacer sin ti? Me encanta tu magia, como te apareces y desapareces, y tus bellas luces de colores-
- Ya no eres una niña, estas conociendo la magia más poderosa que hay en el Universo.
-¿Cuál?
-La magia del amor. Te ira muy bien.-
Nos dimos un gran abrazo de despedida, y se fue por su puerta mágica persiguiendo un Arcoíris eterno.
Con el tiempo me case e hice una vida con Carlos, y en ocasiones me pregunto ya  que soy mayor con hijos.

¿Era Lucecita realmente una amiga imaginaria o un angelito que me visitó en mi niñez?

miércoles, 11 de mayo de 2016

CAPERUCITA SE VA DE PARRANDA





Caperucita era una niña muy coqueta como ninguna en todo el bosque. Sus amigas decían que era demasiado presumida ya que todos los días se vestía de un vestido diferente. Se pintaba los labios con un color rojo escarchado y se maquillaba sus mejillas con estrellitas fugaces. Es que además la niña era una gran artista y una gran de diseñadora. Pasaba horas diseñando sus vestidos y originales zapatos. Dibujaba en ellos figuras geométricas tales como círculos, triángulos, Arcoíris y bellísimas estrellas y después los pintaba con colorantes obtenidos del bosque.
Sin embargo no contaba con la amistad de las muchachas del vecindario ya que le tenían envidia de su extraordinario talento.
-Allí viene Caperucita. Seguro viene presumir de sus zapatos y vestidos- Decía María
-Es muy extraña. Usa esos  trajes tan raros. Nunca había visto tantas formas y colores- dijo Milagros con desagrado.
-Su abuela dice que ella misma los diseña- dijo Carlota
-¡No creo! Eso se los hace su abuela- respondió María.
-¡Hola muchachas! ¿Cómo están?- les pregunto.
-¡muy bien! – le respondió fastidiada Milagros.
- ¿Te enteraste de la fiesta de Blanca nieves? – le dijo María
-¡Hay una fiesta! No me la voy a perder-
-Sin embargo, tienes que ir con una pareja, y por lo que se no tienes a nadie- le dijo muy antipáticamente Milagros
-Allí te equivocas. Tengo a mi amigo Luis.-
-¡Luis! No lo conozco- dijo sorprendida María.
-Menos mal porque eres bien antipática y jamás te lo presentaría- le contesto Caperucita
- Vámonos muchachas. Con esta chica no se puede entablar ninguna conversación, y seguro que todo es mentira- dijo Laura alejándose de Caperucita.
Caperucita se dirigió a una pequeña vereda hasta encontrar a su amigo Luis.
Luis era un lobito muy apuesto. Usaba una chaqueta muy a la moda que le había diseñado Caperucita, y unos pantalones ajustados. Y sus zapatos no se quedaban atrás, eran de cuero color canela con estrellas
-Hola Luis. ¿Te enteraste?- le dijo Caperucita
-¿De qué?- pregunto extrañado
-Hay un baile en el castillo de Blanca Nieves. ¿Te gustaría ir? –
-Con esta pinta. Me botarían antes de entrar- dijo Luis preocupado
-No te preocupes. Yo soy amiga de la hada madrina de Cenicienta. Seguro que resolveremos-
Caperucita se había hecho muy amiga de Luis. Le encantaba como se vestía, y su espontaneidad.
-Tengo mucha hambre- dijo Luis
- Te traje tus buñuelos favoritos- sacándolos rápidamente del bolsillo de su vestido.
¡Que ricos! ¿Lo preparaste?-
¡No! Los hizo mi abuelita.
-Por cierto, ¿Cuándo es la fiesta? – Pregunto el lobo engulléndose los buñuelos.
-Mañana en la tarde. ¿Te animas?-
- Por supuesto. Espérame cerca del riachuelo.

Caperucita estaba muy emocionada. Cuando  llego a su casa se encerró en su cuarto a diseñar un lindo vestido. El amarillo era muy chillón, el marrón era muy oscuro, el verde le gustaba, pero encontró en el fondo del armario una tela de un color azul eléctrico. La agarro, y se hizo un precioso vestido, lo decoro con guirnaldas y estrellas doradas. Paso toda la noche cosiéndolo hasta que lo termino. Estaba agotada.

Al día siguiente descanso durante toda la mañana. Se desayunó con unos ricos wafles y los  baño con miel. Estaban divinos. Se preguntaba como iría su amigo Luis. Él era una lobito de sorpresas. Le encantaba su originalidad
En la tarde fue a buscarlo en el riachuelo como habían acordado. Estaba tan guapo.
-Guau. Que bien te ves. Me gusta tu chaqueta. Esa es nueva-
-Mimosa me la hizo-
-Esa oveja regañona- protesto Caperucita.
- Es muy agradable cuando la tratas. Se había antojado de unos arbustos muy ricos, y se los lleve. Y me diseño esta preciosa chaqueta. Sin embargo, las tuyas son más lindas.- dijo riéndose el lobito.
-Huelo a perfume- dijo Caperucita
-¿Te gusta? Huele- le dijo el lobito acercándose a Caperucita.
-Que rico- Huele a miel de abejas.
-Vámonos, se hace tarde- dijo Caperucita
-Allí está Linda. Vamos hablar con ella primero.
Cuando Linda vio al Lobo, se asustó muchísimo, y se escondió detrás de un arbusto.
-Linda, él es mi amigo del que te hable.
-Es un lobo…-dijo temblando
- Habíamos hablado de eso- dijo Caperucita ya fastidiada.
- Me dijo Caperucita que  podías ayudarme a entrar al baile- le dijo el lobo suplicante
- Si. Pero me tienes que prometer que no te vas a comer a nadie-
- Eso da asco. Yo vine a divertirme-
-Se pueden ir por ese cobertizo. Si lo atraviesan entraran a la fiesta sin ser vistos.
Luis y Caperucita entraron sin problemas. Cuando llegaron al salón  principal estaban impresionados. Que bellas decoraciones. A Caperucita le encantaron los manteles. Que increíbles. Estaban bordados con rosas y girasoles. Estaba tan distraída que no se dio cuenta que Luis se desapareció.
-¿Dónde estará Luis?-
- Caperucita. Mira este pastel. Es de chocolate con fresas. Me lo voy a comer-
-¡Tanta hambre tienes!-
De repente empezó a sonar la música. Era un rock de los años 60.
-¡Ven! Vamos a bailar- le dijo Caperucita jalándolo por una de sus patas.
Resulta y acontece que Luis era un excelente bailarín. Bailaron toda la noche sin descanso. Ni la música Disco, ni el Rock los canso.
Ambos pasaron desapercibidos hasta que Blanca Nieves quiso conocer a la maravillosa pareja.
Cuando los vio quedo estupefacta. Era un lobo aunque muy bien vestido. Cuando lo vio se asustó muchísimo. Ya Luis se imaginaba lo que pasaría.
-Vámonos – Le dijo rápidamente  a su amiga.
-Cenicienta se le acerco, pero ella no grito para nada. Le había visto como bailaba.
-¿Quieres bailar conmigo? Bailas fabuloso.- Le propuso Cenicienta.
-No te importa amiga-
- Estoy un poco cansada. Diviértete.
El hecho es que Luis y Cenicienta bailaron unas cuantas piezas hasta terminar la fiesta.
Los demás estaban escandalizados. La bella Cenicienta en vez de bailar con su príncipe estaba bailando con un lobo.
Cenicienta se acercó a Caperucita observándola detenidamente.
-¿Y esa ropa tan bonita?-
-Las diseño yo- respondió
-Incluso me diseño una chaqueta de lo más bonita. Es un artista- dijo Luis elogiándola
-Me puedes enseñar. Me aburro mucho en este castillo.-
-Pues sí... acércate mañana a mi casa y te muestro todo-
Caperucita y Luis se fueron ya agotados de la fiesta, y se dirigieron al bosque
-Me divertí muchísimo amiga, gracias-  le dijo Luis.
-¿Qué traes allí en tu chaqueta?-
-Chocolate. Me gusta demasiado- dijo relamiéndose el hocico.
Caperucita le dio un tremendo abrazo al lobo ante la sorpresa de este de despedida.
 Cenicienta fue al día siguiente a visitar a Caperucita, y vio las bellezas que hacía.
-Si quieres te ayudo, y tú me orientas como coser la tela-
-No me caería nada mal una ayuda- le respondió sonriendo.

De allí en adelante Caperucita se hizo muy amiga de Cenicienta. A la princesa le encantaban los diseños de su amiga, y decidió ayudarla un poco, y de vez en cuando se escapa este trio a fiestas en el reino con las mejores pintas, y por supuesto nuestro amigo Luis nunca faltaba a ellas.

jueves, 21 de abril de 2016

LOS AMIGOS DE PERLITA





Perlita no era una niña común. Mientras  sus compañeros del colegio mostraban interés en los deportes y competencias como las niñas en jugar muñecas. Todos estos juegos la aburrían. Es que ella tenía un secreto. Perlita podía escuchar a los árboles que rodeaban el parque de su escuela, y bien a pesar suyo oía sus quejas como sus alegrías.
Ellos tenían tanto  que contar y ella les encantaba escucharlos. Les tenía nombre a todos. Frondoso era el más alegre de todos, en sus ramas albergaba variedad de animales y aves tales como el pájaro carpintero, el azulejo y los bellos canarios. En el extremo del patio se encontraba un robusto árbol de aguacates. Perlita esperaba impacientemente que le regalase uno de ellos, pero todavía se encontraban muy verdes. Uno de sus preferidos era Escalata. Un bello arbusto cubierto de cayenas. Allí llevaba a su tortuga que le encantaban sus deliciosas flores.

Sus amigos contaban antiguas historias de  la época de los valientes caballeros y los espeluznantes dragones, y como descansaban en la sombra de un árbol después de una batalla. En esa época los arboles permitían que los niños lo escuchasen, y ellos a la vez los trataban con gran amor y respeto. Sin embargo cuando llego la revolución industrial dejaron de conversar con ellos ya que les hacían daño a sus hermanos.

Un día vinieron varios hombres. Perlita los vio con desconfianza. Uno de ellos vestía con elegancia, los otros parecían albañiles. A pesar de que Perlita se encontraba leyendo un libro escucho las voces.
- Los árboles los podemos eliminar.
-Si, para construir una cantina y en este espacio unos columpios para los niños.
-Lástima. Los arboles alegran mucho el lugar dijo el jardinero.
-No creo que a los niños les importe- respondió con desagrado
-La escuela se vería muy triste si derrumban los arboles- insistió el jardinero.

Perlita se incorporó rápidamente, y se dirigió a los hombres.
-¿Qué le van hacer a mis amigos?- dijo Perlita casi llorando
- Vamos a construir unos columpios, y será bueno para la escuela- respondió uno de ellos.
- Sin los árboles, la escuela se verá muy triste. Todo estará cubierto de cemento, y no podre traer a Hermelinda.
-¿Quién es Hermelinda?
-Es mi tortuguita. A ella le gustan las cayenas.
-Ellos tienen razón. Por eso Uds. no los pueden escuchar. Solo piensan en dañarlos por una razón otra. -
Los hombres se quedaron viendo a la niña.
- Perlita, hasta dónde has llegado con esa amistad que tienes con esos árboles. Ni siquiera te gusta jugar con nosotros. Eres una aburrida- le dijo Carlitos
Carlitos siempre le había invitado a jugar a ella, pero Perlita se negaba.
-Piensa. Piensa… Sera divertido tener unos columpios- dijo el niño  divirtiéndose con el comentario.
- Sí. Pero nos quedaremos sin aguacates…, y mi tortuguita no tendrá que comer- respondió Perlita
Carlitos le parecieron tontas sus razones.
-Bueno. Me iré a jugar con Luis, a Él si le gusta  jugar con la pelota...-
Perlita no abandono la idea de salvar a los árboles, pero no dijo nada. Cuando se fueron los hombres, ella decidió hablar con ellos.
-Hola frondoso-dijo perlita
-¿escuchaste todo?-
-Sí. Que será de nosotros-dijo con tristeza Frondoso
-¿Qué sabes tú de la magia? – le pregunto con curiosidad.
- Mis hermanos de Inglaterra me contaban que Merlín sabía unos hechizos- recordando
- ¿Merlín, el mago? Existió ¿No es una leyenda?- pregunto Perlita con curiosidad.
- Claro que sí; y me parece que mi abuelo me contaba de unos hechizos de invisibilidad-
-Eso me parece fantástico. Nos podría servir-
- No entiendo cómo-
-¿No sabes de otros hechizos?- le pregunto la niña
- Recuerdo que en la época de las persecuciones contra los magos, él invento un hechizo tan poderoso que impedía que los reyes lo encontrasen. Formaba una barrera invisible, de tal manera que todos los caballeros chocaban contra ella por lo que no podían acceder a su hogar-
-Eso es lo que necesitamos. El lunes vienen esos hombres hacerles daño. Solo enséñamelo como hacerlo-
-Caramba, no se me hubiese ocurrido. Necesitas varias hojas de un árbol de lechosa, y agua de colonia de rosas. Formas una pasta y la rocías donde quieres hacer la barrera- dijo Frondoso muy entusiasmado.
Perlita no perdió tiempo. El fin de semana fue a buscar las hojas. Había un árbol de lechosa cerca de  su casa, y su madre tenía una colonia de rosas que le encantaba.
Tomo un poquito, y se dedicó hacer la pasta. Le tomo bastante tiempo porque tenía que ubicar la pasta en un buen espacio del jardín.

El lunes se fue temprano al colegio e ubico la pasta desde donde se encontraba frondoso hasta el otro extremo del jardín. A las pocas horas llegaron los hombres.
-¿No era aquí donde se encontraban esos tres arboles? No los veo- dijo el hombre extrañado.
-Yo tampoco – dijo el otro.
-De todos modos vamos empezar a echarle cemento. Mezcla ese cemento que trajiste con agua. Así nos ahorramos el trabajo de talar esos árboles-
Pero, cuando intentaron trabajar con el cemento, no pudieron. Era como si algo lo impidiese
-Qué extraño-
-Echa cemento de aquel lado- No puedo. Algo lo impide.
Los hombres estuvieron buscando por media hora y no encontraron un acceso-
La directora al oír el ruido fue averiguar que pasaba.
-¿Qué paso con el trabajo?- Pregunto indignada
- No veo los árboles, y aquí no hay donde echar el cemento para ubicar la cantina, y el resto del espacio lo cubre la cancha.
-Bueno, Dejenlo  así- De todos modos los niños pueden traer su merienda al colegio- dijo con fastidio
Los hombres se fueron resignados. A medida que se alejaban le parecía todo tan extraño. Jurarían que habían visto unos árboles la semana pasada.
Perlita se encontraba en clase y vio todo por la ventana. El corazón le brincaba de alegría.
Al día siguiente los arboles fueron apareciendo ante los ojos de los niños.
-Mira...allí están los árboles de Perlita- dijo Pedrito
Perlita decidió que sería bueno compartir con los otros niños.
-Podemos merendar aquí debajo de la sombra de Frondoso, y podemos diseñar un columpio. Lo pondríamos en las ramas de Frondoso. Son muy fuertes- les dijo la niña

A Luis les encantó la idea y desde ese entonces los arboles fueron buenos amigos de los compañeritos de Perlita, pero por supuesto Frondoso y sus amigos  no hablarían con ellos. Eso era un secreto entre Perlita y ellos.