CAPITULO I
PEDRO Y MARIA
Pedro y María habían sido amigos desde siempre, y
compartían una gran pasión, la Astronomía. Desde muy pequeño Pedro
se mostraba muy atraído por conocer todo lo referente a los cuerpos
celestes e inclusive había diseñado su propio telescopio. Él no era muy hábil
con las manos, pero María sí. Ella lo apoyo para construir su primer
Telescopio, y era muy buena diseñando mapas estelares. Realmente se complementaban muy bien uno con
el otro. Además tenían un peculiar amor y cariño hacia las plantas. María le
encantaba hablarle a sus flores, acariciaba sus pétalos, y al parecer esto les
encantaba ya que siempre permanecían floreadas, inclusive en los días más
calurosos. Pedro tenía un pequeño huerto en el jardín. Preparaba infusiones
para su siembra en base a elementos naturales, ya que no le gustaba fumigarlas cuando aparecían plagas porque sentía que se enfermaban, así
que lo resolvía observando en cómo combatirlas con algunas de sus
preparaciones.
Un buen día María toco con insistencia el timbre
de la puerta de Pedro. Tenía que hablar
con su amigo. No podría esperar.
-¡Hola! Déjame pasar. Tengo algo que contarte.
- Siéntate, mientras le digo a mi mamá que estas aquí. Seguro que nos prepara
una limonada le dijo sonriendo.-
- Ayer mi hermano me llevo a su clase de Piano.
Generalmente no voy, pero él quería que
escuchase una bella melodía que había compuesto. Ya toca mejor. Menos mal-
- ¿Y, entonces? – pregunto impaciente su amigo
- Me llamo mucho la atención su profesora, era
altísima, con un cabello rubio que le llegaba a la cintura, y me pareció que
sus ojos brillaban tornándose de color naranja ocasionalmente cuando Gustavo
tocaba la tonada perfectamente-
- Hay mucha gente rubia, no te lo imaginaste- le respondió
riéndose.
-Allí no termina todo. En su cocina vi a un niño aproximadamente de seis años. Era
rubio, igual que ella, pero su cabello era de un color verde esmeralda. Me
asome por curiosidad, pero había desaparecido.-
Gustavo estaba tan concentrado que no se dio
cuenta de lo que estaba ocurriendo. La profesora se me quedo mirando con
gentileza, yo creí que se iba a molestar, pero no. Me abrazo gentilmente y me
susurro en el oído.
-Por lo que veo conociste a Luna, pero es tan
travieso. Le gusta esconderse. Si quieres vienes con tu amigo el viernes, te lo presento-
-¿Cómo sabría de ti? Eso sí es raro. Sin embargo tengo curiosidad
por ir. ¿Me acompañas?
- Por supuesto. Tengo que conocerla.
Al poco rato vino la madre de Pedro con unas ricas
galletas y limonada.
-Muchas gracias-
-Puedes venir cuando quieras. Ustedes son como
hermanos, y tienen tanto en común- le respondió a María con una bella sonrisa.
-No puedo esperar hasta el viernes. Van a ser
eternos estos días- dijo Pedro
-Recuerda que tenemos que diseñar un
mapa estelar. Quiero dibujar esta vez toda la vía láctea. Tengo unos
libros de Astronomía que me prestaron, y
me estoy guiando por ellos- dijo con
entusiasmo.
- Vente mañana. Lo hacemos juntos- le respondió
amablemente.
Durante el transcurso de los días María fue
perfeccionando su mapa estelar. Le encantaba las ideas de Pedro ya que tenía
otra forma de percibir las cosas. María diagramó todo el sistema solar con
todos los planetas y sus respectivas lunas. Pedro le sugirió ubicar posibles
asteroides que circulan de vez en cuando por el sistema solar.
-Ahora viene lo complicado, diseñar los demás
cuerpos celestes en la vía láctea-dijo Pedro
-No te preocupes. En este libro descubrí más
detalles que los podré incorporar en mi mapa estelar, pero tengo una incógnita.
Creo que hay algo más que no se encuentra
presente en los libros-
-¿Cómo qué? Y si incorporas otras estrellas y planetas que
nadie ha descubierto todavía- le planteo.
-Entonces no tiene veracidad.- le respondió ella
- Es como un presentimiento. Creo que en esta zona
de la vía láctea existen seis planetas- le dijo Pedro
-Entonces lo dibujaré con algunas dudas, pero yo siempre he tenido fe en tus
convicciones. Has tenido razón en todas-
Así transcurrieron los días hasta que llego el
Viernes.
Pedro y María pensaban ir en la tarde ya que
tenían clase en la mañana.
El día anterior Gustavo llamo a María.
-María, es mi profesora de Piano. Quiere hablar
contigo por teléfono. ¿Qué quiere contigo? – le dijo Gustavo.
- Ni Idea. Ya bajo las escaleras-
-Hola María. Soy Luz, la profesora de tu hermano.
Trae también tu mapa estelar mañana en la tarde-
-¿Cómo sabe de mi mapa estelar, y de Pedro?
-No te asustes. Solo quiero compartir algo con
ustedes.
-Perfecto nos vemos mañana.
Esto si era cada vez más extraño. Bueno, ya
saldría de dudas mañana. No le voy a decir nada
a Pedro porque a veces es un poco desconfiado pensaba Maria.
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