CAPITULO II
LA VISITA
Pedro y María fueron esa tarde a la casa de la
profesora de Gustavo. Cruzaron la avenida principal hasta llegar a una casa de
una fachada azul.
-¿Estas segura que es aquí?- le pregunto a María
- Si. Sabes que tengo una memoria de Elefante- le
dijo sonriéndole
María toco gentilmente el timbre, y a los pocos
segundos abrió la puerta la Profesora de Gustavo.
-Pasen, los estaba esperando-invitándolos a
sentarse en unos sillones.
Pedro estaba impresionado. Era realmente una mujer
altísima, y su cabello rubio brillaba ante los reflejos de la luz del sol.
-¿Quieren Galletas? Hice unas esta mañana. – les
pregunto.
-Muchas gracias. Eres muy amable- le respondió María
Mientras Luz iba a la cocina, y buscaba las
galletas, Pedro empujo a María.
-¿Viste esas luces rosadas brillantes que aparecen
en su cabeza?, no es extraño- Preguntó Pedro
-No detalle nada. A veces tú ves unas cosas. Se ve
muy agradable, ¿Qué opinas?-
-Realmente sí. Me imagino que las galletas deben
ser estupendas-
-Son de chocolate- respondió Luz acercándose a los
niños.
-¡Que bellas flores tienes!- dijo María detallando
unas violetas y una flor peculiar de tonos azulados con pintas anaranjadas. Además
huelen rico
-Te gustan. Te puedo regalar una de ellas, y la
pones cerca de la ventana. Le gusta el sol de la mañana, pero le gusta
refrescarse en la tarde en la sombra-
-Muchas gracias, me encantan las flores.-
Los muchachos oyeron un ruido en la cocina. A Pedro le pareció
escuchar alguien cantando.
-Ese es Luna. Le gusta cantar canciones antes de
tomarse su jugo de moras.-
A los pocos segundos, Luna se asomó acercándose a
los dos muchachos.
Realmente era pequeño de tamaño, pero sus
facciones no eran de un niño de
primaria. Tenía una melena verde esmeralda que cambiaba en diferentes tonos al
entrar el contacto con el sol, y sus ojos reflejaban una calidez sin igual.
-Me llamo Luna. Luz me dijo que venían, así que decidí
aparecer. A veces, estoy ocupado visitando otros amigos-
Los muchachos estaban perplejos como fascinados.
-¿Uds. no son de aquí?- pregunto María
-Venimos de otro Planeta a 10 años luz del suyo,
La Tierra es encantadora. Tienen unos paisajes fascinantes, solo que me da
tristeza como le están haciendo daño-
-Sí, eso me
entristece tanto. Hay personas que no valoran el ambiente natural- respondió María
-Pertenecemos a un grupo de jardinería en la
escuela. Yo les enseño a mis compañeros como cultivar plantas respetando su ciclo
de crecimiento- dijo sonriendo.
-Eso lo sabemos, por eso lo invitamos-respondió
Luz
-Caramba, Uds. saben mucho de nosotros- dijo Pedro
con curiosidad.
-Sé que comparten la pasión por la Astronomía, eso
me encanta-
-Sí, María diseña unos Mapas Estelares bellísimos
llenos de detalles. Hasta ayer entre los dos diseñamos un mapa de la vía láctea. Puede tener algunos
errores porque no tenemos mucha información- respondió Pedro.
-¿Puedes mostrarme?-
-Aquí tienes. Estoy dibujándolo desde que tengo
nueve años. No es gran cosa, pero lo cuido como un tesoro-
Luna lo tomo, y lo reviso con detalles.
-Tienes muy bien detallado todo e inclusive no te
has equivocado en nada a pesar de que no tienen mucha información. ¿Les
gustaría ver como se ve el firmamento y otros universos?- les pregunto Luna
-Pero, no es de noche, estamos a plena tarde- respondió
la niña
-No es necesario. Luz tráeme mis prismáticos, y mi
tableta, por favor-
Luz subió rápidamente las escaleras, y en menos de
cinco segundos se encontraba otra vez con nosotros.
-¿Cómo llegaste tan rápido? Eres muy veloz-
Pedro toma
los prismáticos, y oprime el botón azul. Te va encantar, y María prende la
Tableta. No tienes que darle a ninguna aplicación.
Pedro se puso los prismáticos, y se sintió
transportado a otros universos. Se alejó rápidamente de la Vía Láctea,
percibiendo otras Galaxias, soles e incluso había podido percibir un Cometa pasando por la
trayectoria de un Planeta Rosado. Era deslumbrante. María prendió la tableta y
descubrió un mapa estelar complejísimo, pero lo descifro rápido. Estábamos
ubicados en un pequeño punto. A medida que se alejaba descubría una gran cantidad de planetas, algunos más
grandes otros más pequeños. Aprendió a manejar el mapa rápidamente. A medida
que se alejaba aparecían otros universos con tantos detalles.
Pedro se quitó los prismáticos. Se sintió un poco
mareado.
-Toma este caramelo. Te vas a sentir mejor-
- Esto es increíble. Ningún Telescopio puede
percibir tantos cuerpos celestes- tomando el caramelo que le ofrecía Luna.
-Me imagino que es un diario estelar- dijo María
-Veo que lo resolviste rápido- dijo Luz acariciándole
el cabello a la niña.
-Yo también estoy un poco cansada. No sé porque me
siento así-
-Comete este chocolate. Te ayudara-
-Es riquísimo. Muchas Gracias.
Los muchachos se sintieron más aliviados, y con
mas energía, pero sobretodo felices de haber vivido esa linda experiencia.
-¿Y se van a quedar más tiempo por aquí? ¿Tienen
otros amigos como Uds. en la Tierra?- Pregunto con curiosidad Pedro
-Por supuesto, pero nos vamos a quedar por un
tiempo, y después regresaremos a nuestro hogar- respondió Luna
-¡Que lastima!-
-Necesitamos que nos ayuden-
-¿Ayudarlos? ¿Cómo?- respondió Pedro
-Necesitamos que personas como ustedes cuiden a su
Planeta, y que se lo muestren a los demás. Todo ello ayudará a que en un futuro haya una mayor
cantidad de ciudadanos que velen por su querida Tierra evitando un desenlace
fatal- dijo Luna seriamente
-Así es, aunque ustedes no lo sepan la destrucción
continua que viven ustedes afecta también a otros mundos. Ellos sienten el dolor
que sufre su Planeta, y además su mundo tiene vida propia. Desde otros
Universos se siente como late su cansado corazón.
-No sabíamos eso- dijo María con sorpresa
- Por cierto, leí en Internet que viene un Planeta
rojo a destruirnos. ¿Qué hay de verdad en eso?
-¿Qué dice tu corazón?- pregunto suavemente Luz
-Yo no creo. Me niego a imaginarme algo tan malo.- dijo María
-Es verdad, esas noticias la hacen para distraer, crear temor y pánico
colectivo-
-¡Que alivio!- dijo Pedro
-Sin embargo, va depender de ustedes y muchos
otros que se dé un cambio radical en el rumbo de su mundo. Nosotros siempre
hemos tenido esperanza en ustedes. Hay tanta bondad y gentileza en muchos
corazones. Nosotros no podemos
intervenir. Esa labor les corresponde. Por eso los niños son tan importantes.
La gran mayoría tienen ese gran deseo por descubrir todo su entorno, cuidarlo,
y tienen tanta creatividad para elaborar experiencias artísticas-
-¿Y, los adultos? ¿Nos vamos olvidar de
ellos?-Pregunto María alarmada
-Muchos ya están terminando de cumplir su plan de
vida, otros se han equivocado, y desviado en el camino- dijo Luna con tristeza.
-No nos vamos a desaminar. Pedro, ¿te acuerdas de
la idea tuya de formar clubes en los centros comunitarios de la localidad?- menciono
María
- Si. Me había pasado varias veces por la cabeza.
Yo podría fundar un club de ecología y uno de Astronomía. A Gisela le gusta
relatar historias, a Soledad las actividades Manuales y artísticas. En nuestro salón
hay intereses variados pero podríamos enfocarlos en construir algo positivo.
Tal vez si los motivamos a que creen diversos clubes e invitamos a los vecinos
a que participen se lograría buenos objetivos en pro de nuestro planeta y las
relaciones interpersonales positivas-
-¿Y cómo vamos a organizarnos?-pregunto María
Luz estaba fascinada con las ideas de los
muchachos y Luna sonreía con picardía.
-Veo que ya han encontrado muy buenas ideas.
Siempre tuve esperanza en ustedes- dijo Luz sonriendo.
-No te preocupes María. Tengo unas cuantas ideas.
No va ser difícil. Lo importante es poner manos a la obra y buscar apoyo con
nuestros compañeros del salón-
-Voy hablar con el papá de Efraín. Él ha sido siempre muy amable
conmigo. Estoy segura que nos dará unos espacios en su local-
-Seguro. Menos mal que tú eres muy buena para hablar
con la gente. Eso nos ayudará-
-Caramba. Ya va anochecer. Deberíamos irnos a
casa- dijo María
-Tienes razón. ¿Podríamos venir otro día? Me
encantaría usar esos prismáticos otra vez- dijo Pedro sonrojándose.
-Por supuesto, esta es su casa- respondió Luz con
cariño.
- Pero la próxima vez. Yo traigo unas galletas,
las hago yo mismo, preferiblemente con chispitas de chocolate- dijo Pedro con
picardía.
Pedro y María se dirigieron a la puerta para salir
y regresar a sus casas.
-Espera, María. Lucia quiere ir contigo- dijo Luz
apresuradamente entregándole una bellísima flor de tonos azules y franjas
anaranjadas.
-¡Es preciosa! y tiene nombre….genial- respondió tomándola
- Ponla en la ventana en las mañanas, y cuando
llegues del colegio ubícala en la sombra. Ella le gusta descansar en las
tardes. Es una planta cantora así que de repente te cante una linda melodía
cuando se encuentre feliz.-
-Eso sería genial. Muchas gracias brindándole un
gran abrazo a Luz como a Luna quien no se lo esperaba. Pedro hizo lo mismo,
aunque era el más tímido para expresarse afectivamente.
Los muchachos se despidieron de sus amigos con alegría. Habían pasado una tarde
fenomenal.
-Sabes Luz, ellos no lo saben, pero estos
chiquillos despiden tanto amor, y sembraran las primeras semillas de cambio
hacia el maravilloso planeta azul. Veo mucho tiempo favorable hacia las futuras
generaciones que iniciaran la apertura de la nueva edad de oro de la humanidad-
dijo Luna acariciando gentilmente el cabello de Luz.
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