sábado, 24 de marzo de 2012

Erase una vez....






Érase un árbol
De hojas color escarlata,
y vivían en la rama más alta,
Un pájaro Carpintero con cinco patas,
Y una pequeña cordoniz
Que suspiraba de amor
Por un gato siamés

El siamés nada sabia,
Ya que apenas su cola movía,
Se moría de tristeza,
Porque ninguna gata lo quería.

Además,   había un caballo rosado,
Que toda princesa soñaba,
Y esta es la historia de
Un jardín sin igual,
Que solo mediante tus sueños,
Podrás encontrar.

sábado, 17 de marzo de 2012

Canto al Apamate



Flores del Apamate
Floreces en el Mes de Abril
y partes a principios
de Mayo,
¿Por qué es tan rápida tu partida?
Si tu encanto
Apenas empieza a florecer

sábado, 3 de marzo de 2012

Candelita




Cuentan que al final del Arco iris se encuentra un fabuloso tesoro custodiado por duendes y otros seres mágicos. Sin embargo, allí vivía proveniente de la nube mas alta  una gotita de agua muy traviesa, los Duendes la llamaban Candelita por su incesante brincar y andar. Los duendes estaban muy molestos porque no los dejaba forjar tranquilamente las monedas de oro, que escondían posteriormente en una cueva que nadie conocía su ubicación.
-¡Hola duendecillos! ¿Cómo están?- le saludo a gritos la traviesa gota de agua.
-¡Hola! – Le respondió gruñendo uno de los Duendes
-¿Cuál es el escondite de esas monedas de oro?- le preguntó Candelita animosamente
- Es un secreto, no te lo podemos decir- le dijo uno de ellos con mucha paciencia.
-¿Cuál es el interés en fabricar esas estupidas monedas? – pregunto la gótica de agua con antipatía.
- No lo sabemos, pero es una tradición de nuestros abuelos, y no podemos cambiarla.
- ¡Vete! Nos molestas  y no nos dejas trabajar.
- Ni que fuera esas monedas tan importantes- dijo Candelita.

 El hecho era que Candelita los tenía cansados con su curiosidad, y preguntas. Ella no era como las otras góticas de agua que permanecían en las nubes, y reposaban tranquilamente hasta que les tocase el tiempo de llover. La pequeña gotita de agua le gustaba brincar de allí para allá conversando con las abejitas, los gusanitos, y las hormiguitas.

Un  buen día  el sol, y las gotas de lluvia se enfadaron, y se alejaron uno del otro.
- ¡Que gotas tan odiosas! Se creen gran cosa, y piensan que son indispensables- decía el Sol
- No seas así amigo, sin ellas no podríamos vivir- decían las flores y las avecillas.
-¡no me importa!-

Las nubes hicieron pacto con el viento para que los alejase del antipático sol y sus rayos luminosos.
-Eso no es posible, pero soplaré fuertemente hasta alejarlos de este valle- le dijo el viento.
- Si…si…-decían las góticas de agua.

Mientras tanto el Arco iris se iba debilitando ya que el sol y las gotas de lluvia habían roto relaciones.
Candelita vio todo lo que estaba pasando, así que decidió hacer algo. Brinco de aquí para allá hasta alcanzar a la nube.
-¿Qué les pasa Uds.? ¿Cuál es el motivo del motivo del pleito con el catire?
-¡Es un odioso!- respondió una de las gotitas.
- Se cree indispensable para todos, animales y plantas-
-No puedo creerlo, Uds. si están ciegas- le recriminó la pequeña gotita de agua.
Los peces del riachuelo no pueden vivir sin el agua, las flores necesitan del rocío de la mañana, y el Colibrí le gusta refrescarse con las gotitas de agua en las mañanas.
Catire contribuye a que haya vida, pero sin Uds. no seria posible. Además el espectáculo del Arco iris es una joya para la vista.
-Es verdad- dijo una pequeña gota de agua que dormitaba en la parte superior de la nube.
Los Duendes también estaban desesperados porque no habían probado un trago de agua en días, y necesitaban fuerzas para seguir trabajando.

El sol por su parte ya extrañaba a las nubes, y un día muy decidido se acercó a las nubes.
-¡Hola muchachas!- las saludo cariñosamente
-¿como estas? – le pregunto una de ellas indiferentemente
- Siento haberlas molestado, pero me hacen mucha falta, me siento muy solo en ese cielo sin una nube cerca de mí- dijo con un suspiro.
Candelita se les quedo mirando fijamente a sus compañeras como si no supiese nada de lo que estaba pasando.
Las gotitas de agua todavía lo veían con indiferencia, pero Candelita empezó a brincar de aquí para allá golpeando todas las gotitas de agua, y no aguantaron  mas, y se convirtieron en un vaporoso palo de agua.
El sol por su parte, quiso abrazarlas, y en su intento al mezclarse con el agua formo un bellísimo Arco iris como nunca se había visto desde muchos tiempos

Por eso dicen en el valle los mas viejos Duendes  de cómo una pequeña traviesa gotita de agua contribuyo con sus ocurrencias a saldar las asperezas entre el Sol y la lluvia. Y colorín, coloreado este cuento ha terminado.