Ámbar era un pequeña Murciélaga, que soňaba con ir
a la luna, desde pequeña la veía con anhelo, y admiraba su eterno resplandor.
¡No puedes ir! El brillo del sol te va a
deslumbrar y te vas a quedar ciega- le dijeron sus padres.
-Si hermanita, esta cueva es acogedora, aquí
tenemos todo lo que queremos desear, ¿Qué necesidad tenemos de salir para
afuera?
-¿Por qué? Los humanos pueden visitarla, nosotros
no somos menos que ellos- replicaba la
pobre murcielaga.
Así, que Ámbar, que además no era nada tonta, sino
también una maravillosa tejedora, se hizo
un traje más oscuro que el color de la noche, cuando terminó de coserlo,
le echo brillantina para que luciera brillante como las estrellas del
firmamento.
-¿Qué bello traje? ¿Para que lo hiciste? Le
preguntó Come candelas.
-No te diré nada, eres una lombriz muy chismosa
- De todos modos lo sabré, y se lo contaré a todos
los murciélagos de la cueva- le dijo la lombriz ofendida.
Ámbar no le quedo más remedio que confiarle su
secreto.
-“Voy a ir a la Luna”
- A la luna- le respondió muerto de risa y retorciéndose
en el piso de la cueva.
-Y, ¿Cómo se supone que vas a llegar? , ¿Volando?-
le pregunto todavía muerto de la risa.
- Eso es un pequeño detalle-
- Si me llevas, te puedo ayudar-
- Y, ¿Cómo te llevaría? Tú no vuelas- le respondió
Ámbar
- Podría construir una nave espacial-
- ¿Harías eso por mi?- le dijo incrédula
Ámbar en agradecimiento le hizo un lindo traje a Come
cándelas, se lo hizo de color canela para que le combinara con el color de su
rugosa piel.
-¡Me encanta!- le dijo emocionado
Come candelas era un fabuloso constructor de naves
espaciales, aviones, camiones, y carros de carrera.
Come- candelas paso toda la noche construyendo una
maravillosa nave espacial, la pintó de color plateado con franjas rojas.
¡Que bella! Le dijo Ámbar cuando Come Candelas se
la mostró.
Cuando todo tus amigos estén durmiendo, y las
estrellas, y la luna se duerma nos iremos.
Entonces nuestros amigos, arrastraron el cohete
espacial hasta las afueras de la cueva y…
-Diez, nueve, ocho, siete….-
- Bum-
Era muy oscuro, pero ambos estaban muy felices, veían
desde las ventanas como se alejaban de la cueva, de los árboles, de los
edificios, y del planeta.
Llegaron al poco tiempo a La luna, y salieron con
sus trajes espaciales.
¡Mira, la Luna huele a chocolate!
¡Y a fresas!
mmm..... …!Que rico!
Estas si van a ser unas ricas vacaciones
Fue así que Ámbar llego a la Luna acompañado del
buen Come candelas.
Y colorín colorado esta historia espacial ha
terminado.
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