lunes, 6 de agosto de 2012

Un Dinosaurio toca mi puerta


Era un día de tormenta, llovía sin cesar, de repente tocaron a mi puerta, una vez, otra vez mas alto, y !BUM!
- ¿Quién es? pregunté alarmado
-¡Ábreme! Me muero por ir al baño, y estoy mojado desde mi cabeza a la cola.
A la cola, “¿Quién será? “

Estaba sorprendido, era un Dinosaurio.....
-No me dejes aquí afuera, tengo mucho frío, y tengo que ir al baňo.
No lo pensé dos veces, y le abrí la puerta al pobre animal.
Pobrecito, estaba más pálido que una hoja de papel.
-¿Donde esta el baňo? – preguntó con su voz ronca.
- Allí al fondo del pasillo, pero ten cuidado que rompes la poceta- le avisé

Al entrar al baño, se oyó un ruido inmenso, y se sintió después el sonido al bajar la poceta.
-Gracias, ya estoy mas aliviado.

Pensé, seguro que me va a comer.
-Gracias por dejarme pasar. Al parecer ya se va la tormenta. ¿Quieres pasear en mi Octómovil?
-¿Octómovil?
-Ven- le dijo el dijo el Dinosaurio arrastrándome con sus patas.
 Y allí estaba, un bello carro deportivo de color rojo, pero con ocho ruedas.
 Me monte con el sin pensarlo, y al prender el carro no se sintió el motor, se oía música de cumpleaños.
“cumpleaños feliz…cumpleaños feliz…”
-¡Que original!
Y ahora, a pasear- dijo con entusiasmo el dinosaurio.

Sin embargo, algo extraño paso,  la ruedas no se deslizaban, de las mismas salían bombas de todos colores, amarillas, rojas, verdes, plateadas, doradas, moradas, y el carro se deslizo hasta el cielo volando por encima de los edificios, casas, y montaňas.
-Que paseo tan divertido. Ni siquiera me has dicho tu nombre. ¿Cómo te llamas?- pregunte con temor.
Dino, ¿y tú?
-Luis-
Nos hicimos pronto muy amigos, eso no ocurría todos los días.
En la tarde me trajo de vuelta a mi casa.
-Tengo que devolverme, pronto se le va acabar la azúcar a mi carro, y no podrá volar-
-"Azucar"
- Le echamos azucar, y caramelos a nuestros vehiculos en el valle perdido de los Dinosaurios.
-¿Te volveré a ver?
-Tal vez-
Al día siguiente me desperté, total, seguro era un sueño, y todo fue producto de mi imaginación.
Sin embargo al levantarme, cual fue mi sorpresa, vi una bomba plateada debajo de la cama, y azúcar en el fondo de mis zapatos, y colorín colorado esa historia de dinosaurios ha terminado.



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