Era un día de tormenta, llovía sin cesar, de
repente tocaron a mi puerta, una vez, otra vez mas alto, y !BUM!
- ¿Quién es? pregunté alarmado
-¡Ábreme! Me muero por ir al baño, y estoy mojado
desde mi cabeza a la cola.
A la cola, “¿Quién será? “
Estaba sorprendido, era un Dinosaurio.....
-No me dejes aquí afuera, tengo mucho frío, y
tengo que ir al baňo.
No lo pensé dos veces, y le abrí la puerta al
pobre animal.
Pobrecito, estaba más pálido que una hoja de
papel.
-¿Donde esta el baňo? – preguntó con su voz ronca.
- Allí al fondo del pasillo, pero ten cuidado que
rompes la poceta- le avisé
Al entrar al baño, se oyó un ruido inmenso, y se sintió
después el sonido al bajar la poceta.
-Gracias, ya estoy mas aliviado.
Pensé, seguro que me va a comer.
-Gracias por dejarme pasar. Al parecer ya se va la
tormenta. ¿Quieres pasear en mi Octómovil?
-¿Octómovil?
-Ven- le dijo el dijo el Dinosaurio arrastrándome
con sus patas.
Y allí
estaba, un bello carro deportivo de color rojo, pero con ocho ruedas.
Me monte
con el sin pensarlo, y al prender el carro no se sintió el motor, se oía música
de cumpleaños.
“cumpleaños feliz…cumpleaños feliz…”
-¡Que original!
Y ahora, a pasear- dijo con entusiasmo el
dinosaurio.
Sin embargo, algo extraño paso, la ruedas no se deslizaban, de las mismas salían
bombas de todos colores, amarillas, rojas, verdes, plateadas, doradas, moradas,
y el carro se deslizo hasta el cielo volando por encima de los edificios,
casas, y montaňas.
-Que paseo tan divertido. Ni siquiera me has dicho
tu nombre. ¿Cómo te llamas?- pregunte con temor.
Dino, ¿y tú?
-Luis-
Nos hicimos pronto muy amigos, eso no ocurría
todos los días.
En la tarde me trajo de vuelta a mi casa.
-Tengo que devolverme, pronto se le va acabar la azúcar
a mi carro, y no podrá volar-
-"Azucar"
- Le echamos azucar, y caramelos a nuestros vehiculos en el valle perdido de los Dinosaurios.
-"Azucar"
- Le echamos azucar, y caramelos a nuestros vehiculos en el valle perdido de los Dinosaurios.
-¿Te volveré a ver?
-Tal vez-
Al día siguiente me desperté, total, seguro era un
sueño, y todo fue producto de mi imaginación.
Sin embargo al levantarme, cual fue mi sorpresa,
vi una bomba plateada debajo de la cama, y azúcar en el fondo de mis zapatos, y
colorín colorado esa historia de dinosaurios ha terminado.
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