En los poblados más alejados del Perú habitaban
una manada de Llamas.
Todas eran de color nieve menos Caramelo que era
de un color oscuro semejante a las cenizas que dejaba el fuego al apagarse
Marfil era el jefe de la Manada de Llamas, y había
dado orden de que ninguna se acercase a Caramelo.
Marfil era una llama muy presumida, y se jactaba
de ser muy hábil al escalar la montaña, descubriendo durante su travesía los
musgos más ricos que se encontraban en la colina, y solo los compartía con los
suyos.
Realmente a la pobre Caramelo la tenían totalmente
aislada, pero a Caramelo no le importaba ya que
por su color poco peculiar no era foco de búsqueda de los pueblerinos
que buscaban la piel de las llamas con gran avidez.
En las noches cuando aparecía la luna llena,
Caramelo se sentía más feliz que nunca porque esos días entablaba conversación
con su amiga lula quien le cantaba suaves melodías que la ayudaban a dormirse,
y en otras noches, Lula le contaba la amistad que tenía con el sol, y otras
estrellas relatándole a la pequeña Caramelo historias fantásticas que provenían
de diferentes rincones del universo.
Caramelo no estaba sola, tenía además otros
amigos, una pequeña ardillita, y un pájaro carpintero que vivía cerca de su
hogar.
Canela se
conocía toda la montaña porque saltaba de árbol en árbol, y le mostraba a
Caramelo riquísimos arbustos que eran un banquete para cualquier llama
Un buen día, Marfil se enteró que Caramelo rondaba
por el otro lado de la montaña.
-Motitas, Verónica, vamos a ver en que anda
Caramelo-
-¿Qué piensas encontrar?- Preguntó Verónica
-Me enteré que del otro lado de la montaña hay
arbustos muy ricos, y solo las conoce Caramelo-
-¡Déjala en paz! ¿Qué necesidad tienes de
fastidiarla? Ya bastante has hecho al aislarla de nuestro rebaño- le replico Verónica.
-¿Cómo? Ahora estas de su lado- le respondió de
muy malas maneras a Verónica
- Te olvidas que yo soy el líder del rebaño, y yo
hago lo que me provoque-
Caramelo no sospechaba nada de los planes de
Marfil hasta que una tarde...
-Caramelo…Caramelo. Tienes que andar cuidado. Marfil te está buscando. Esa envidiosa llama
quiere arrebatarte tu alimento- le dijo Colorado
-No te preocupes amigo, Lula me protegerá –
Lo que no sabían sus amigos era que Lula también era mágica. En las noches de
Luna llena podía proteger a cualquier animal con su campo de luz, y de esta
manera no lo podían descubrir cuando estuviesen en peligro.
Marfil y sus amigos llegaron al atardecer al otro
lado de la montaña.
-Tengo miedo Marfil, cerca de aquí viven los
humanos, y no quiero que me atrapen- dijo Motitas
-No seas tan cobarde-le dijo con desprecio.
Después de las seis de la tarde empezó a
oscurecer, y no se veía nada, la neblina rodeaba gran parte de la montaña.
La realidad es que Marfil estaba preocupado. No sabía
que de este lado de la montaña hubiese tanta neblina. Empezaba a lamentarlo.
-Y, ahora ¿Qué vamos hacer? – pregunto Verónica.
-Oigo unos pasos, ¿Será un humano?
-¡No! Es un animal, pero todo esta oscuro-
Era Caramelo.
-Mira, es Caramelo, y conversa con alguien.
-Esa llama indudablemente está loca, habla con la
Luna
De repente Caramelo se detuvo, y los vio fijamente
-¿Qué hacen Uds. por aquí? Los miro con
desconfianza.
- Es Marfil que vino a fastidiarte, pero ahora está
muerto de miedo, no le gusta la
oscuridad ni la neblina-
Marfil salió de su escondite.
-¿Cómo puedes vivir aquí en esta oscuridad?- le replicó
-No tengo miedo. Lula me cuida, y además me cuenta lindas historias
Las otras llamas se quedaron sorprendidas y vieron la radiante luna llena.
-¿Podemos pasar la noche aquí?- preguntó Verónica.
Yo no tengo ningún problema. Allí hay una cueva, y antes de llegar, allá
hay unos ricos musgos por si casualidad tienen hambre
Verónica y Motitas miraron con Marfil con indignación.
-Te das cuenta lo que nos hubiese
pasado si Caramelo no nos hubiese ayudado-
-Menos mal que no es rencorosa. Si no la aceptas en el rebaño te vamos a
dejar solo.
Marfil se disculpó con Caramelo, y
la invitó a ser parte de su grupo.
Con una condición. Si mis amigos
Colorado y Canela están presentes-
- Bueno, una ardilla y un pájaro Carpintero siempre serán bien recibidos-
Desde ese entonces, Caramelo se encuentra con Marfil y las otras Llamas. . Claro,
ahora Marfil no es el líder del grupo. Las
otras llamas querían a Caramelo, ya que aprendieron con ella a comunicarse con Lula, la
luna sonriente de las montañas del Perú.
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