Capitulo IX
El largo trayecto al hogar de las liebres
Después de varias horas quedaron totalmente exhaustos. Se quedaron totalmente dormidos a primeras horas de la noche. Se despertaron a primeras horas de la mañana ya repuestos del día anterior.
-Detrás de esa montaña se encuentran las madrigueras de las liebres. Tenemos que apurarnos- dijo el castor.
- Yo tengo mucha hambre- dijo Carlos protestando.
- Tienes mucha razón. No hemos comido nada. Cerca de ese riachuelo se encuentran unas ramas, y raíces riquísimas. A mi me fascinan
- Eso suena asqueroso.
- Yo no seria tan ofensivo. Te vas a tener que conformar con cualquier alimento tomando en cuenta tu tamaño- le dijo a Carlos con indignación.
- ¿Qué me sugieres entonces? le respondió Carlos ya impaciente.
Debajo de ese árbol hay unas semillas. Son blandas y muy dulces.
Carlos no lo pensó dos veces, busco las semillas y empezó a comérselas poco a poco.
¡Son deliciosas! ¿Qué son?
-En realidad no sé, se encuentran siempre en estos árboles.
Después de comer bebieron agua del riachuelo y decidieron seguir su trayecto. Cuando llegaron a la montaña decidieron pararse para descansar. Después de reposar media hora siguieron andando.
-Este trayecto es más rápido. Vamos a tomarlo- dijo el Castor.
-¿Estás seguro? Hay muchas piedras, y esta muy oscuro.
- Conozco el camino. No te preocupes.
Carlos caminaba por detrás del Castor. No se sentía muy confiado.
-Móntate en mi lomo, así llegaremos mas rápido.
Después de mucho andar llegaron al otro lado de la montaña, y allí se encontraban las madrigueras de las liebres.
- Espero que sean amigables- comento Carlos.
- En realidad son muy nerviosas y asustadizas
Carlos se bajo del lomo de su amigo, y entonces se encontraron frente a frente con una liebre gris.
- Me llamo Paletas, y estamos buscando a una pequeña hada- dijo el pequeño Castor.
- Si, ya sabemos de Uds. El gorrión nos aviso que venían en camino. Lucecita se encuentra a salvo en aquella madriguera. Pero Canela es un poco malhumorado, y se encuentra de mal humor porquen no ha encontrado sus zanahorias favoritas.
- Hemos recorrido un largo viaje. ¿Podrías ayudarnos? dijo Carlos.
- No hay problema. Yo los ayudo, pero tenemos que buscar esas Zanahorias ya que de lo contrario no podremos entrar a su hogar en ninguna forma.
Carlos y el Castor decidieron acompañar a la liebre. Total, a Carlos solo le interesaba sacar a Lucecita de ese sitio y llevársela consigo.
Continuará…
Hola Judith, pasé a saludarte y felicitarte por la página, está hermosa!!!!!!
ResponderEliminarCongratulations!!!!!!!
Un beso,