jueves, 25 de marzo de 2010

El León Gritón




Cuentan que en una pequeña isla vivían muchos animales. Aunque pareciera extraño, todos se llevaban muy bien desde el tigre más feroz hasta la iguana más pequeña.
Pero resulta que vivía en esta isla un león tan gritón, tan gritón que tenia atormentado a todos los animales con sus rugidos.
Un buen día regresaban los pelícanos de la playa cuando Leo decidió saludarlas:
-¡Hola Blanquita!................! ¡Hola!- las llamo otra vez.
-Hola Leonardo. No tienes que gritar tanto. Nosotras te escuchamos- dijo Blanquita alejándose del pobre león.
- ¿Por qué se van? ¿Es que están sordas? Quieren venir conmigo. Conozco un buen lugar donde hay unos ricos peces.- les dijo Leonardo
- Con esa gritería espantarías a todos los peces- le dijeron los pelicanos a regañadientes.

Lo cierto es que Leonardo no entendía porque los animales no compartían con él. El era amigable con ellos. A las iguanas les enseñaba donde estaban las mejores malezas, a los pajarillos donde estaban los arboles con las ramas más altas, y a los tigres donde se encontraban las cebras que ningún felino quería.
Un buen día vio a todos los animales reunidos. Oyó que iban hacer una gran fiesta ya que era el cumpleaños de María, la Tortuga más vieja de la isla.
-¡ allí viene Leonardo! Dijo con fastidio la Iguana
-Seguro que se enteró que vamos a celebrar el cumpleaños de María y quiere venir, pero yo no lo soporto más. Siempre esta gritando. Así no nos podremos divertir_ dijo malhumorada una pequeña ardilla.
Leonardo ya venía en camino, y empezó a gritar rugiendo fuertemente.
-¡Hola! Sé que van a celebrar el cumpleaños de María. ¿Puedo ir?- gritando muy emocionado
Los animales lo ignoraron completamente y se alejaron sin tomarlo en cuenta. Esto entristeció más a Leonardo.
_Bueno me iré a mi cueva. ¡No entiendo porque no me quieren!_ pensaba Leonardo
En ese momento paso una hormiguita, y se acercó a Leonardo y como lo vio tan acongojado trato de consolarlo
-¿Qué te pasa amigo? -Le preguntó la hormiguita amablemente
-¡ Nada…! Rugiendo con mucha rabia- Ahora los animales no quieren compartir conmigo, y ni siquiera me invitan a sus cumpleaños. – dijo el león.
-No te has dado cuenta que gritas un poco…. A nadie le gusta eso, además asustas a los animales mas pequeños como las ardillas, y las pobres tortugas.- le dijo la hormiguita
-¡No lo había pensado!- dijo el León. De hoy en adelante voy a gritar menos-
-Ojala amigo, porque a nadie le gusta que le griten, y menos de un animal tan fiero como tu- le dijo amablemente la hormiguita.
El pobre león salió de su cueva con la simpática hormiguita.
-Por cierto. ¿Cómo te llamas? – le pregunto gentilmente el león.
-Me llamo minusita
-Ven, Te invito a que me acompañes. Conozco un sitio donde viven unas abejas y tienen una rica miel, y a lo mejor te puede gustar.
Leonardo se acordó de no hacer mucho ruido porque así las abejas se darían cuenta. Así que fueron sigilosamente. Había una cantidad de miel derramada en el piso. Minusita estaba muy contenta. Y se deleito saboreándola.
-¡Mira…amiga! Leonardo ya no está gritando dijo una iguana.
- Parece que ya se le quitó esa costumbre dijo un colibrí.
En ese momento paso María por la orilla de la playa, y se percató que Leonardo conversaba amablemente, y sin gritar a los animales pequeños de la isla.
-¡oye Leonardo! Si quieres, vienes a mi cumpleaños. Yo no creo que se molesten los animales- dijo la vieja tortuga.
-Gracias…Gracias- decía Leonardo con alegría.
- ¡Que bueno! Podré compartir con ellos otra vez, y hacer nuevos amigos- pensando en lo bien que lo iba a pasar en la fiesta
El día de la fiesta la cebra, la iguana, y los otros animales lo vieron con desconfianza.
-¿Qué hace él aquí?- dijo una leona mostrando sus dientes
-¡No se preocupen! El ya no va a gritar más- dijo amablemente la tortuga.
-¡Qué bueno! Ya estaba al borde de un colapso con sus gritos- dijo una pequeña ardilla, que era un poco nerviosa.
Y así Leonardo aprendió que se puede convivir sin necesidad de estar gritando y rugiendo todo el tiempo. Y a partir de entonces lo invitaron a todos los cumpleaños de todos los animales, y como Leonardo era además un animal muy generoso les traía siempre excelentes regalos a los cumpleañeros, y no solo eso, le gustaba cantar y bailar, así que era el alma de la fiesta y todos disfrutaban siempre de su compañía. Y colorín colorado este cuento ha terminado.

2 comentarios:

  1. Este cuento es muy bello.
    Ya te digo: todo lo que escribes me gusta.
    Enhorabuena por tu prosa.
    La literatura infantil es un arte especial, y tú tienes el don.

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