LOS REGALOS DE LUZ Y LUNA
El éxito de los muchachos llego a los oídos de Luz
y Luna, y se pusieron en contacto con
ellos para invitarlos a su casa.
Los muchachos fueron el Domingo ya que el Sábado
se lo dedicaban al Centro Comunitario.
Luz les abrió la puerta antes de que tocaban el
timbre, y entraron sin preguntar mucho.
-Queríamos felicitarlos. Realmente han hecho una
gran labor. Nunca pensé que llegarían tan lejos- dijo Luz con emoción.
- Y esa corona rosada que tienes en tu cabeza. ¿De
dónde la sacaste?- pregunto Pedro.
-Pedro, yo no veo nada. Deja de inventar- dijo María
-Concéntrate, Luna tiene una azul-
-Yo no voy a ser mal educada. Además a veces ves
unas cosas. - dijo María
-No discutan. No tiene importancia- respondió Luna
seriamente.
- Queríamos informarles que nos vamos pronto a
nuestro planeta de origen- dijo Luz.
-¡Tan pronto! Nos abandonan- dijo tristemente
Pedro
-Estábamos
inicialmente preocupados por su planeta y sus futuras generaciones, pero
veo que se van a dar cambios positivos, y se lo debemos ustedes-
-¿Nosotros?- dijo Pedro extrañado.
-Sí, gracias a ustedes las futuras generaciones
ayudaran a un bienestar mayor de su querido planeta azul- dijo Luna
-Si. Esos niños crecerán y serán adultos y también
pondrán su semilla en el prado- dijo Luz sonriendo.
-Y, ¿No lo volveremos a ver otra vez? – pregunto María.
- Eso va depender de ustedes, pero le tenemos unos
regalos. A ti María te regalo el Diario
Estelar, y a ti Pedro los prismáticos- dijo Luna
-Pero, ¿No lo necesitan?- Pregunto María.
-Realmente podemos construir otros fácilmente con
nuestra tecnología- respondió Luna.
-Yo también les traje algo. Traje estas ricas
galletas. Las hice yo mismo- dijo Pedro sacando una bolsita de su morral.
-Déjame probar, Caramba están deliciosas. Voy a
extrañar estos dulces- dijo Luna con nostalgia.
-Si son muy ricas. Te felicito Pedro- dijo Luz
cariñosamente.
-Por cierto Luz. Lucia ha crecido muchísimo desde
que hubo la lluvia de estrellas-
-Sí, le encanta los fenómenos celestes, pero
cuando haya Eclipses aléjala de la ventana. Esos fenómenos emiten mucha energía
y le hace daño,
-Gracias Luz-
Pedro y María estuvieron charlando toda la tarde
con sus amigos. Pedro le relato acerca del huerto y como había prosperado, y María
le relato sobre la excursión al centro espacial y como había fascinado a
grandes y chicos. Incluso le dieron detalles de cómo habían tenido éxito sus demás
compañeros en la área de letras y pintura, y de todos las creaciones que habían
surgido en los talleres.
Luz y Luna los miraban fascinados. Pareciese que
ellos viviesen la emoción que transmitían los muchachos ya que rebosaban de alegría.
-No dejen sus proyectos. Es bueno para Uds., y busquen siempre cumplir
sus sueños- les recomendó Luna.
Fue una tarde muy agradable. Los muchachos se
despidieron de ellos con un gran
abrazo percatándose que se estaban
diciendo adiós a grandes amigos.
-No se preocupen. Los volveremos a ver- dijo Luna
con lágrimas en los ojos.
Los años pasaron, y Pedro participo por muchos
tiempo en movimientos ecologistas, especialmente trabajando con animales en riesgo en extinción.
Estudio Botánica y puso en práctica todos sus conocimientos acerca en cómo cuidar las plantas en forma
ecológica, y en cuanto a María surgió como Astrónoma en un Centro Espacial de México
enseñando en sus tiempos libres a niños acerca del Universo porque consideraba
que eran el futuro.
De vez en cuando María y Pedro tenían contacto con
Luz y Luna. Aparecían sin previo aviso en momentos de crisis en el Planeta, y
estos los escuchaban. Total eran sus amigos interestelares, y los sentían como
si fueran sus hermanos mayores.
Y que paso con la amistad de María y Pedro al agarrar
caminos separados. Siempre estuvieron en contacto y esa linda amistad se convirtió
en un lazo más profundo, pero esa si es otra historia
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