viernes, 14 de mayo de 2010

La Rosa Presumida




En un bellísimo jardín vivían Luisa y Margarita. Margarita era un hermoso girasol que disfrutaba del sol de las mañanas y Luisa era un bellísimo lirio de color lila que le daba mucha vida al jardín. Margarita y Luisa eran muy amigas, y disfrutaban la visita de las mariposas bien temprano en la mañana.

Sin embargo Candelita era totalmente diferente. Candelita era una rosa purpura con pétalos con franjas doradas y muy presumida. No le gustaba compartir su fragancia con nadie, espantaba a las pobres mariposas y algunas abejas que se querían acercar temprano en la mañana.
-Mira Luisa, allí está la presumida y odiosa de Candelita- dijo Margarita con fastidio
-Si, no saluda a ninguna flor del jardín. Debe creerse única solo porque tiene esas franjas doradas- le respondió Margarita
-Ya las oí. Deben morirse de la envidia porque no tienen este bellísimo color purpura les dijo antipáticamente- la Rosa.
-Eso no nos importa. De todos modos a nadie les gusta las flores presumidas como tú- le contestó Margarita levantando sus pétalos y ignorándola
-Te vas a quedar sola en el jardín, y nadie va querer compartir contigo le dijo Luisa.
-No me importa- respondió de malos modos volteando sus pétalos hacia otro lado.
No muy lejos se acercaron a la rosa dos bachacos con no muy buenas intensiones
-Mira, que Rosa tan apetitosa, sus hojas deben ser muy ricas dijo uno de ellas
- Tienes razón Colorado, vamos hacernos un festín. Yo conozco un atajo para evadir esas espinas dijo el otro.
Y en menos de tres segundos los bachacos ya estaban subiendo por el tallo de la flor.
-Auxilio, auxilio me van a maltratar mis hermosas hojas- gritaba Candelita.
-¿y esos gritos? pregunto Margarita.
-Son de la odiosa de Candelita, veo que unos bachacos se van a comer sus hojas. Se lo tiene merecido por presumida y antipática.
-Pobrecita. No va a quedar nada de ella dijo Luisa.
- ¿Y, te da lástima? con lo antipática que ha sido con nosotros
-No seas rencorosa. Vamos a decirle a nuestro amigo, el oso hormiguero que los espante.

Y las buenas amigas llamaron al oso hormiguero, y espantó rápidamente a los bachacos, no sin comerse uno de ellos. Y bueno la pobre de Candelita se le cayeron todos los pétalos del susto. Estaba muy triste pero aprendió su lección.
Candelita pidió perdón a las flores y se dio cuenta lo importante que compartir con todos y ser amable y cortés, porque uno nunca sabe cuándo puede necesitar a los demás. Y colorín colorado, esta historia ha acabado.

1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho la moraleja.
    Es muy linda.
    Se le cayeron del susto, con tanta soberbia.
    Sin embargo la ayudaron. Muy real.
    Gracias por compartir este cuento tan inspirado.
    Con cariño, tu amiga.

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